Tanto Biden como Trump consideran que Nicolás Maduro es un "dictador" y que su segundo mandato iniciado en enero de 2019 es resultado de una votación fraudulenta. La interrogante que ronda a los habitantes del país caribeño es cuáles son las perspectivas que se le abren a Venezuela si el candidato democráta asume la presidencia de los EEUU.
El Político
Ambos han apoyado una transición democrática en Venezuela a través de elecciones "libres y justas. Lo que permititía reconstruir la economía de la antigua potencia petrolera, en caída libre desde la llegada al poder de Maduro en 2013. Ambos están preocupados por las incidencias negativas que este proceso tiene en la región.
Pero hay diferencias en cómo propiciar esos cambios. Según indicaron el viernes analistas consultados por Latin American Advisor, una publicación del centro de reflexión Diálogo Interamericano con sede en Washington.
A diferencia de Trump, Biden ha dicho que extenderá el Estatus de Protección Temporal, o TPS, a los venezolanos. Si Biden es elegido presidente, ¿cómo cambiaría la política de Estados Unidos sobre Venezuela?
Los comentarios de Biden de volver a las aperturas de Obama hacia Cuba nos preocupan mucho, porque Cuba es la verdadera potencia dominante de Venezuela. Controla sus servicios de inteligencia, seguridad e incluso fuerzas militares, así como la política exterior.
Por lo que debe quedar claro para todos que abrir puertas a Cuba significaría cerrar puertas a la libertad en Venezuela.
Es cierto que otorgar Estatus de Protección Temporal a la diáspora venezolana es muy importante. Pero no más que seguir ejerciendo la máxima presión para sacar a la narco-tiranía de Maduro. Una amenaza real que no se limita a destruir a Venezuela, sino también a toda la región, incluida la Estados Unidos.
De alguna manera, Maduro y su banda de matones, así como sus "aliados", China, Rusia, Irán, Turquía y Cuba, están apoyando a Biden, convencidos de que si él ganara, garantizaría la permanencia de Maduro en el poder.
Tal esperanza es compartida por otras fuerzas radicales que buscan cambiar la situación política en países como Brasil, Colombia y Chile.
Por primera vez, una elección presidencial estadounidense podría tener consecuencias reales en nuestra región .
Diego Arria, miembro de la Junta Asesora, director del Grupo Columbus y exrepresentante permanente de Venezuela ante Naciones Unidas.
Lo que Biden piensa de Venezuela
Biden "rechaza el enfoque fallido de la administración Trump de sanciones unilaterales en lugar de un enfoque de política multilateral integral para Venezuela", dijo Juan González, que fungió como subsecretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno de Barack Obama.
“Hay muchas formas en las que Biden y Trump se alinean con la política de Venezuela. Particularmente sobre la suposición poco ética de un papel del gobierno de los Estados Unidos en el cambio de régimen. Ambos también están a favor de intervenir en la política interna venezolana", sostiene Laura Carlsen, directora del Programa para las Américas.
Esto es "una distinción importante", afirma la especialista, porque "podría llevar a una revisión de las sanciones actuales".
La administración Biden no carga consigo el peso de todos estos meses de amenazas vacías. Por tanto, tiene libertad para asumir el caso Venezuela con una estrategia de “presión inteligente y democracia efectiva”, en palabras de la propuesta de campaña del Partido Demócrata. La cual también establece que las sanciones financieras y económicas son una manera efectiva de avanzar hacia objetivos clave de seguridad nacional de EEUU.
Un proceso de negociación que use las sanciones estadounidenses como un mecanismo de presión puede ser muy atractivo para el equipo de política exterior de Biden. Mientras que para la administración Trump la idea misma de retirar las sanciones significaba desdecirse de las amenazas que ha proferido contra Maduro durante años.
Para la oposición venezolana un gobierno de Biden traería la oportunidad de reiniciar la participación de Washington en la crisis venezolana. El año pasado, el gobierno encargado gastó un tiempo considerable tratando de convencer a Trump para que pasara de su actitud de todo o nada al apoyo a una solución negociada.
La administración Trump finalmente accedió e incluso propuso un marco para esa transición negociada. Pero no ha mostrado disposición alguna de involucrarse de lleno en el proceso real, lleno de complejidades. Lo que esbozaría una negociación aprobada por ambas partes que diera alguna esperanza de transición para la oposición.
Objetivos similares, estrategias distintas
El diario New York Times publicó un trabajo sobre las perspectivas de una posible administración de Joe Biden y su visión política hacia América Latina. El caso Venezuela no está exento de los cambios que asesores prevén realizaría el candidato demócrata.
Considera que si en algo coinciden Trump y Biden, es en el diagnóstico del tema. “Hay una perspectiva compartida de la amenaza que significa Maduro y su régimen. No solo para los derechos humanos y la estabilidad de Venezuela, sino también para la estabilidad democrática en la región”, señala.
La posición estadounidense ha sido más de “avísame si se ponen de acuerdo en algo y ahí vemos qué hacemos nosotros”. Entretanto, ocasionalmente ha lanzado algunos intentos de resolver esto de una vez. Como cuando le ofreció a Maduro que se separara del poder voluntariamente, a través de un enviado de Trump que se reunió con Jorge Rodríguez en México.
Para que la oposición pueda aspirar a unas elecciones libres y justas, hace falta un gobierno de Estados Unidos que realmente se involucre en el caso venezolano.
Biden se preocupa profundamente por la situación en el país suramericano. Especialmente por el sufrimiento humano y por los 5.000.000 de venezolanos que se vieron obligados a huir de su país. La crisis migratoria venezolana es la más grande en la historia moderna del hemisferio occidental.
¿Mejores condiciones para Maduro?
En el Political Risk Report del 31 de julio, ecribieron sobre de cómo veían la elección presidencial del 3 de noviembre en Estados Unidos. Sostenían que una victoria de Joe Biden sería vista como una buena noticia por el régimen de Nicolás Maduro. Pero también abriría nuevas oportunidades para la oposición.
Basados en lo que fue la política exterior del presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, el régimen chavista tiene razones para creer que podría negociar un acuerdo con Biden. En contraste con la posición de la administración Trump, no sería una condición sine qua non que Maduro deje el poder de inmediato. Biden tiene fama de ser, hasta cierto punto, abierto.
Durante los años de Obama, y desde entonces, ha habido numerosos indicios de que Biden era una de las voces más moderadas y cautelosas en materia de política exterior.
De hecho, estaba en contra de la intervención de EE.UU. en el conflicto libio que acabó con el régimen de Muammar Kadafi. También estaba a favor de acuerdos con Irán y con Cuba.
Pero Biden no se opone a las sanciones como una herramienta de presión, y de hecho las ha apoyado en el caso iraní.
Maduro y compañía, que llevan tanto tiempo acostumbrados a usar las negociaciones para ganar tiempo. Estarían encantados de volver a tener la oportunidad de hacerlo.
Esta vez las cosas serían distintas: al contrario que en ocasiones anteriores, lo que el régimen necesita hoy no es tiempo, sino que le alivien las sanciones.
Un gobierno de Biden tal vez aceptaría reducir el rango de las sanciones, dentro de ciertos límites. Ello como gesto de buena voluntad en las fases iniciales de una negociación. Pero para que acceda a levantar de manera significativa la presión que estas medidas significan sobre el régimen, Maduro tendría que dar algo tangible a cambio. Por ejemplo, elecciones justas y libres.
Presionar cambios en quien no cede
En general los analistas se muestran escépticos en cuanto a si el régimen puede, o quiere, ceder en algo. En más de veinte años de chavismo nunca ha cedido.
Lo que ha hecho, siempre, es sentarse con la oposición, muchas veces frente de toda suerte de mediadores y facilitadores, y cuando ha hecho concesiones ha sido solo por un momento. Antes de echarse para atrás y violar sus acuerdos una vez que ha logrado lo que quiere.
La mayor parte del tiempo, en verdad no se compromete a nada. El caso de Maduro se ha limitado a excarcelar a algunos presos políticos para complacer a gobiernos europeos. Solo para volverlos a detener o para reemplazarlos con otros.
El régimen chavista ha faltado a todas sus promesas de mejorar las condiciones electorales. Además ha incrementado el rango de sus abusos durante cada proceso. Inhabilita candidatos, secuestra partidos, destina recursos de todos a sus candidatos, y borra toda garantía de equidad y de secreto del voto para llegar al fraude directo.
Venezuela sueña con acuerdos de Obama
El régimen chavista sin duda piensa en los acuerdos que Obama llegó a firmar con Cuba e Irán. Las cuales aliviaron las sanciones sin poner en riesgo la supervivencia de esas dictaduras.
Venezuela es muy distinta a Cuba y a Irán en un aspecto clave: en ninguno de esos países existe una oposición política. En esos países apenas quedan unos pocos disidentes, constantemente perseguidos. Restos de una resistencia que fue en su mayoría exterminada, encarcelada o desterrada hace muchos años.
La oposición venezolana todavía es muy grande. Además hace mucho ruido internacionalmente como para que sea simplemente ignorada en una eventual negociación entre el gobierno de Biden y Maduro. Haría falta su aprobación en cualquier ruta factible que conduzca a una transición.
No cabe duda de que muchos en la oposición venezolana protestarán si la oposición se sienta de nuevo con el régimen. Pero si es el presidente de EE.UU. el que promueve ese diálogo, esa oposición descontenta verá que le conviene más estar cerca de Biden que en contra de él. También que se encontraría muy sola internacionalmente.
Los países de la región, y también la Organización de Estados Americanos, tenderán a cuadrarse con Biden y no con las voces más radicales de la oposición venezolana. A estas alturas, los vecinos de Venezuela prefieren una solución imperfecta pero negociada, a quedarse esperando porque el chavismo sea removido del poder.
Las opciones más probables
Con Joe Bidenen la Presidencia es probable que las sanciones sigan pero que eventualmente se alivien, si y solo si el chavismo da algo real a cambio. La opción militar no está sobre la mesa. Ni Biden ni Trump quieren meterse por ahí.
Según los analistas aunque Biden se ha mostrado escéptico como presidente también se vería obligado a escuchar los llamados al diálogo y al involucramiento de la ONU que apoyan potencias regionales como México y Argentina
Por lo que es probable que ponga un nuevo énfasis en trabajar con el Grupo de Lima y otros para aislar a Maduro y abordar la grave crisis humanitaria y de refugiados.
Biden podría pensar incluso explorar capitalizar unos mejores lazos con Cuba para apalancar la destitución de Maduro y una transición aceptable en Venezuela.
TPS, para calmar a los votantes de Florida
Biden ya dijo que concederá el Estatus de Protección Temporal (TPS en inglés) a los venezolanos afectados por "la crisis humanitaria provocada por el régimen de Maduro". Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso en 2019, calificarían unas 200.000 personas.
El gobierno de Trump ha sido reacio a extender a los venezolanos el TPS, creado en los años 1990 para permitir residir legalmente a extranjeros que por desastres naturales o inestabilidad política no puedan regresar de forma segura a su país.
Fuentes El Tiempo / The Dialogue / AFP/
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