La deportación del refugiado sirio Jihad Ahmed Diyab desde Venezuela a Uruguay es inminente y podría concretarse este mismo sábado. Por un lado, Venezuela le comunicó a Uruguay esta semana que tiene intención de enviarlo a Montevideo pronto. Por otro lado, los allegados a Diyab tienen entendido que eso podría ocurrir este sábado.
Ariela Peralta, presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos, dijo a El País que la cancillería comunicó esta semana por escrito al organismo que estaba realizando gestiones al más alto nivel vinculadas con el excautivo de Guantánamo, quien estaría "en buenas condiciones" y que se quería manejar la situación con un perfil bajo.
Si vuelve a Uruguay, será otro giro en la azarosa vida de Diyab que estuvo cautivo en Guantánamo entre 2002 y 2014.
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Diyab se fue a Venezuela, atravesando por tierra Brasil, porque le habían contado que el gobierno chavista era un fuerte crítico de Estados Unidos y de la existencia de la cárcel de Guantánamo, donde él estuvo doce años encerrado sin juicio. Seguramente pensó que allí recibiría ayuda.
Pero no fue así y desde hace exactamente un mes está recluido en una oficina del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) en el sur de Caracas, en el edificio denominado "Helicoide" donde colocaron un colchón para que duerma, contó a El País Andrés Conteris, un activista estadounidense-argentino que integra la organización "Testigos contra la Tortura". Conteris estuvo diez días en Caracas intentando reunirse con Diyab, sin éxito.
Conteris sí recibió una comunicación de Diyab en inglés por una red social el día 19 de agosto en la que le decía, sin dar mayores precisiones, que había comenzado una huelga de hambre. Otras fuentes le dijeron a Conteris que también habría dejado de tomar líquidos, aunque él no cree que esto sea cierto.
Con información de El País