Al menos dos de “la media docena” de detenidos por el saqueo de PDVSA dirigieron equipos del fútbol venezolano (Futve).
El Político
Ellos son Hugbel Roa (Trujillanos) y Alejandro Arroyo (Mineros de Guayana). No obstante, la cifra puede ascender en los próximos días, reportó Morfema.Press.
Incluso, El Aissami, cuando era gobernador de Aragua y mecenas del Aragua FC, fue “fichado” como jugador del equipo central en 2015. No llegaría a debutar.
En contexto
Más de 3 mil millones de dólares desaparecieron de Pdvsa, generando una oleada de detenciones, junto con la renuncia del ministro de Petróleo y presidente del organismo, Tareck El Aissami.
El entramado de corrupción incluso toma nuevas aristas, de acuerdo con Reuters, ya que de los contratos de Pdvsa, de un total de 25.27 mil millones de dólares en exportaciones de petróleo entre enero de 2020 y este mes, solo se confirmó la recepción de 4.08 mil millones de dólares.
Según Tarek William Saab, fiscal general de la República, “ya hay cosas judicializadas y designados cinco fiscales con competencia nacional para abarcar en esta fase investigativa. No descarto que vengan nuevas detenciones mientras surjan las delaciones”.
La relación de detenidos con el futve
Con la llegada del chavismo al poder a finales de los 90, varios gobiernos y alcaldías de Venezuela impulsaron a equipos de fútbol en el campeonato local.
En el caso de Hugbel Roa, colaborador de El Aissami, asumió la presidencia de Trujillanos en 2008, trabajando con el apoyo del gobernador oficialista Hugo Cabezas.
Logró el retorno del equipo a la primera división, la clasificación a Copa Sudamericana 2010 y la conquista de la Copa Venezuela 2010.
Roa, como indica el portal Poderopedia, fue ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, diputado por el estado Trujillo a la Asamblea Nacional y vicepresidente territorial del Partido Socialista Unido de Venezuela en Nueva Esparta.
Este martes, la Asamblea Nacional allanó la inmunidad parlamentaria de Roa, “por estar incurso de manera flagrante en delitos de corrupción”.
Alejandro Arroyo es un empresario considerado testaferro de Roa, “dueño de una inmensa flota de camionetas y equipos de fútbol”, según indicó una fuente a la AFP. Además, tenía “una sociedad con el ex gobernador de Cumaná, Edwin Rojas”, también detenido en el escándalo de corrupción.
El empresario, como recuerda el portal Ipys Venezuela, asumió la presidencia del equipo guayanés del futve en 2016, impulsado por el entonces gobernador Francisco Rangel Gómez. No obstante, este saldría del poder en octubre de 2017, asumiendo Justo Noguera Pietri, disminuyendo la presencia estatal en el equipo.
Mineros pasaría a manos del grupo Traki posteriormente.
Al impulso gubernamental (sea desde gobernaciones o alcaldías) que recibió el fútbol venezolano durante buena parte de las dos primeras décadas de 2000, le siguió el arribo de empresarios vinculados con el gobierno como Arroyo.
En conclusión
En la actualidad, buena parte de los equipos venezolanos es presidido por figuras de este tipo. ¿Saldrá alguno de ellos vinculado con la nueva trama de corrupción destapada por el oficialismo?
La FVF viene de su propia tormenta de “malos manejos”
Pero no solo la Liga Futve está salpicada por la corrupción. En el caso de la Federación Venezolana de Fútbol viene también de varios años convulsos, desde la detención del presidente Rafael Esquivel en 2015.
Tras Esquivel, asumiría el vicepresidente Laureano González, acusado por la FIFA de manejos ilícitos de fondos durante su segunda etapa, como jerarca de la Comisión Normalizadora de la FVF.
Al presidente Jesús Berardinelli lo detuvieron las autoridades venezolanas en otro escándalo de corrupción, muriendo en poder del Estado por complicaciones de salud.
Asumió tras elecciones Jorge Giménez, que derrotó a Jorge Silva, empresario cercano al gobierno, actual presidente del Deportivo Táchira. Giménez recibe el apoyo constante de los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez, altas figuras gubernamentales.
Recientemente, Giménez rompió el vínculo de Pascual Lezcano y José Pékerman con la FVF, debido a “malos manejos administrativos” por parte del designado manager de selecciones.