Venezuela es el país que tiene la mayor cantidad de reservas de petróleo probadas de todo el planeta. La cantidad asciende a 309.000 millones de barriles en 2021, lo que representa el 17, 5% de todo el recurso a escala global, según datos de la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). Sin embargo, los datos de su economía no guardan coherencia con la riqueza de su subsuelo.
El Político
El país sudamericano es también el que tiene actualmente la inflación más alta del mundo, con 1.984% interanual al pasado mes de julio. Asimismo, la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020 arrojó que Venezuela es la nación más pobre y desigual de América Latina; con condiciones de pobreza y desnutrición equiparables a las de países centroamericanos, caribeños y africanos.
En cuanto a la esperanza de vida, la encuesta Encovi registró que la mortalidad infantil se ubica en 26 por cada 1.000 habitantes; lo que coloca este indicador en los niveles de 1985-1990 para Venezuela. Cada niño tiene una expectativa de vivir 3,5 años menos que los que nacieron la generación anterior.
Para entender la situación, Diario Las Américas realizó un análisis en el que describe las condiciones de la industria petrolera venezolana y su caída en los últimos años. En principio, aclara que el crudo que se encuentra en el suelo venezolano es pesado; y por tanto, costoso de extraer y difícil de comercializar.
Los datos de esta investigación reflejan que en 1998, un año antes de que Hugo Chávez llegara al poder, la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) estaba en capacidad de producir 3,1 millones de barriles diarios. En contraste, actualmente Venezuela produce apenas unos 500 mil barriles diarios, solo 100 mil más de lo que producía en la primera mitad del siglo XX.
El declive de la empresa tiene su causa en una serie de políticas gubernamentales que terminaron por mermar su capacidad y competitividad; que alcanzaban altos estándares internacionales en las décadas de los 80′ y 90′. Asimismo, la ubicaban como la segunda petrolera más importante del mundo, por delante de gigantes como ExxonMobil, BP o la Royal Dutch-Shell.
Caída de la estatal petrolera de Venezuela
Una vez que Chávez asume la presidencia en 1999 comenzó a hacer fuertes críticas sobre la gestión y dirección de la empresa e hizo designaciones en la directiva bajo criterios que tenían más que ver con lo ideológico.
El 7 abril de 2002 Chávez despidió a siete altos funcionarios de Pdvsa y amenazó con hacer lo mismo al resto de la gerencia mayor. Una semana más tarde se producirían los hechos del 11 y 12 de abril de 2002 en los que Chávez dejó el poder durante 48 horas.
En diciembre de ese mismo año, los trabajadores de Pdvsa declararon un paro petrolero, que se extendió hasta comienzos de febrero de 2003, con la intención de lograr la renuncia de Hugo Chávez. Sin embargo, Chávez siguió en Miraflores y en marzo de ese año despidió a 25.000 de los 35.000 empleados de la petrolera.
La corrupción también ayudó a la caída de la petrolera estatal venezolana. Chávez vinculó a Pdvsa con sus programas sociales, lo que derivó en una corrupción a niveles nunca vistos, al punto que hay más de 50 exgerentes de la empresa incursos en corrupción, entre ellos Rafael Ramírez, quien fue ministro de Petróleo del régimen y presidente de Pdvsa entre 2004 y 2013.
Así las cosas, actualmente Pdvsa es una empresa en quiebra; y aunque la infraestructura aún está allí se requieren inversiones mil millonarias y varios años para poder recuperarla.
La falta de inversiones y de mantenimiento, y la salida de personal calificado se encuentran entre las causas del declive de la producción; lo que a su vez ha ocasionado la pérdida de mercados para las exportaciones petroleras. Las medidas económicas del chavismo hicieron mella en el aparato productivo del país; esto a través de las expropiaciones y las leyes altamente regulatorias que ahuyentaron las inversiones y acabaron con la producción interna.
El régimen justifica la pérdida de capacidad de Pdvsa y la crisis económica en acciones que según asegura vienen del exterior. Entre las razones esbozadas por Maduro y los dirigentes chavistas de su régimen siempre aparecen sabotajes, complots, planes conspirativos y las sanciones internacionales.
Hiperinflación y dolarización
La merma en la producción petrolera terminó llevando a Venezuela a un ciclo de hiperinflación en su economía que comenzó a final de 2017 y que ya lleva 44 meses; igualando a la segunda hiperinflación más larga de la historia, que fue la de Grecia, entre 1992 y 1994.
Esta hiperinflación destrozó el valor moneda local e impulsó una dolarización de facto. En el pasado mes de julio, la inflación fue del 19% y la acumulada del año alcanzó el 415,7%; de acuerdo con datos de firmas privadas. Del lado de los consumidores, la cesta básica de alimentos para una familia de cinco personas ronda los $390; mientras que el sueldo mínimo de los trabajadores venezolanos no llega a los $2.
La pérdida del valor del bolívar es de tal magnitud que el dólar estadounidense comenzó a circular libremente a pesar de que el régimen de Nicolás Maduro jamás lo ha autorizado. Sin embargo, los salarios de los trabajadores son cancelados en bolívares. Esta situación ha causado que millones de venezolanos estén migrando de su país.
Lee la investigación completa en Diario Las Américas.
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