“Cuesta pensar en una tragedia humana de esta magnitud que no sea producto de una guerra civil”, comentó Kenneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de Harvard, en un análisis realizado para The New York Times.
Apolinar Martínez/ El Político
Para cualquier venezolano que hubiese vivido entre las décadas de 1980 a 2010 era impensable que alguna vez su país pudiera convertirse en una copia de aquella sufrida Zimbabwe, a la que le cupo la desgracia tener a Robert Gabriel Mugabe en la presidencia durante 37 años y que la llevó a tener una inflación de 14.000.000 %.
Mugabe tuvo para mantenerse como especie de Consejo Nacional Electoral venezolano, a la Unión Africana para quien las elecciones del dictador eran «libres, honestas y creíbles».
El análisis del Times
El trabajo del diario de Nueva York, indica que el colapso de país africano con Robert Mugabe, la caída de la Unión Soviética, la desastrosa crisis de Cuba en la década de los noventa; todo ello ha sido superado por el desplome de la economía de Venezuela. Es en resumen el mayor colapso económico sucedido en un país sin guerra en al menos 45 años, según los economistas consultados.
Similar a Libia o a Líbano
Para encontrar niveles similares de devastación económica, los economistas del FMI mencionan a países devastados por la guerra, como Libia a principios de esta década o Líbano en los setenta.
Mientras la economía del país se desplomaba, grupos paramilitares tomaron el control de poblaciones enteras, los servicios públicos colapsaron y el poder adquisitivo de la mayoría de los venezolanos se redujo a un par de kilos de harina al mes.
En los mercados, los carniceros se ven afectados por los apagones frecuentes por lo que, al final de cada jornada, compiten para vender la carne en descomposición; quienes antes trabajaban como obreros escarban entre pilas de basura en busca de sobras y plástico reciclable. Los minoristas hacen decenas de viajes al banco con la esperanza de depositar varios montones de billetes cuyo valor se desvanece debido a la hiperinflación.
La culpa es del otro
Maduro culpa a Estados Unidos y a la oposición venezolana por la hambruna generalizada y la falta de suministros médicos, pero los economistas independientes afirman que la recesión comenzó años antes de las sanciones que, si acaso, aceleraron el colapso.
La hiperinflación de Venezuela, que se espera que alcance los diez millones por ciento este año, según el FMI, está en camino de convertirse en el más largo periodo de aumentos incontrolados de precios desde el que se vivió en el Congo en la década de 1990.
El instituto calcula que, durante el gobierno de Maduro, la caída en el rendimiento económico de Venezuela ha experimentado el declive más pronunciado que haya tenido un país que no está en guerra desde 1975.
Para fin de año, el producto interno bruto venezolano habrá disminuido un 62 por ciento desde el comienzo de la recesión en 2013, que coincidió con la llegada al poder de Maduro, según las estimaciones del IIF (el gobierno de Venezuela no ha publicado sus estadísticas macroeconómicas oficiales desde 2014, lo que obliga a los economistas a depender de indicadores como las importaciones para calcular la actividad económica).
Ni los mayores esfuerzos de Maduro, encadenado diariamente en televisión, son capaces de frenar el descontento de un pueblo que día tras día ve desmejorar sus condiciones de subsistencia.