Una encuesta nacional realizada en 2017 por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), concluyó que en el año 2013 73% de los jóvenes venezolanos no tenía expectativas de emigrar, en el caso de los que si pensaban irse 42% indicaba que era para mejorar económicamente y 32% para cursar estudios. Tres años más tarde las expectativas juveniles han cambiado drásticamente y las razones para irse del país son ahora más.
Un estudio del Departamento de Migraciones de la Universidad Simón Bolívar en 2016 arrojó que 88% de los jóvenes tiene intenciones de emigrar. La diáspora venezolana se concentra sobre todo en Madrid y Tenerife (España) y en Miami, Houston y Nueva York (Estados Unidos), aunque también hay movimiento hacia otros países como México, Perú, Chile , Argentina y Colombia.
Profesores universitarios no van a clases por no tener para el pasajehttps://t.co/S4Pa8LVCmD pic.twitter.com/mPVqFTqc37
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Y es que cada día son más los venezolanos que ante la creciente crisis deciden huir de la nación petrolera e instalarse en otras regiones. Pero a los venezolanos no se les hace fácil emigrar. Empezando por el costo inaccesible de pasajes y otra, por elegir el destino que se ajuste a su presupuesto y también al requerimiento de la sociedad. Anteriormente, por ejemplo, Panamá o República Dominicana, eran uno de los países más predilectos, pero la xenofobia ha provocado que el emigrante lo piense dos veces.
Para 2014, al menos 1,6 millones de venezolanos abandonaron su país desde la llegada del fallecido presidente Hugo Chávez. En cuatro años, a medida que creció la polarización política y crisis económica, la clase media e incluso personas con precarios recursos, se han ido en busca de otro futuro. A la fecha, ya se contabiliza que cuatro millones de venezolanos abandonaron su tierra.
Venezolanos preparados, con más de dos títulos universitarios, algunos recién graduados, son parte de este grupo, pero ya en los últimos dos años, las condiciones del emigrante han cambiado. Algunos ya se van sin ni siquiera el bachillerato aprobado. “El venezolano hoy en día sale como un refugiado, sale huyendo de la violencia, a la corrupción, al narcotráfico, a un Gobierno que ha destruido el país”, indicó Fernando Rendón, de la organización Venezolanos Activos en el Exterior (VAEX), quien reside en Nueva York, en una oportunidad.
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“Estaba estudiando ingeniería en la UBA (Universidad Bicentenaria de Aragua), me faltaban dos años para graduarme, pero no podía más. Con lo que ganaba en mi trabajo no me daba para pagar la universidad, para mantenerme. Además, en dos años Venezuela va a estar peor, así que no me quedó opción y me vine, trabajo como mesera, pago un alquiler, y no puedo decir que estoy perfecta, porque aunque el trabajo no denigra, si pega mucho trabajar de algo que tú no querías, estar lejos de tus padres, pero de aquí puedo ayudarlos”, contó Yaneth, una joven de 20 años, a El Cooperante, que ahora vive en Chile.
Por su parte, otro venezolano que logró hace cinco años montar su propio restaurante en Medellín, declaró que ha visto como en la ciudad, incluso en Bogotá, deambulan jóvenes de su nación, que no bajan de los 18 años, algunos, duermen en refugios. “Son propiamente niños. Yo contraté aquí a dos venezolanos que no tenían ni bachillerato. Sin embargo, les dije como tenían que atender a los clientes, ser serviciales, uno mismo se tiene que tender la mano”, detalló.
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Otro caso está el de una venezolana, que prefirió no identificarse, que emigró en diciembre a Cúcuta, Colombia. A principios de diciembre, viajó con ciertos malestares, y comenzó a dedicarse a la venta informal, o buhonería, en las calles vendiendo arepas. Semanas después su madre tuvo que buscarla pues una hemorragia le impidió permanecer en el país vecino. No había un médico que la atendiera.
La joven antes de salir de su país se estaba formando como administradora, sin embargo, no quiso esperar a terminar la profesión. “Para que estudiar si igual afuera no vale de nada, al igual que aquí. Lo que haces es perder el tiempo y dinero”, remató.
Vía: El Cooperante