Los incidentes con armas de fuego en EEUU van en aumento. En esta ocasión, un niño de 13 años intercambió disparos con la policía en Florida.
El Político
El intercambio de balas se produjo en medio de una persecución en un vecindario residencial en el centro de Florida. Un oficial resultó herido tras la balacera y tuvo que ser trasladado a un hospital.
El agente fue alcanzado en el pie en el hecho ocurrido el miércoles en la noche en Lakeland, entre Tampa y Orlando, indicaron autoridades.
Las fuerzas policiales agregaron que el agente será dado de alta en los próximos días. Ningún otro oficial fue lastimado, reportó SanDiegoUnionTribune.
En contexto
Los policías estaban respondiendo a reportes de que alguien estaba disparado desde un auto en un parque. El oficial Jamie Smith vio el vehículo del sospechoso y lo persiguió.
Cuando el vehículo se detuvo, tres de sus ocupantes se bajaron y salieron corriendo, dijo el jefe policial Sam Taylor.
Smith vio al joven de 13 años corriendo por una acera al lado de un complejo residencial con un arma en la mano, afirmó Taylor.
El joven se metió en el complejo residencial a pesar de la orden de alto. Cuando Smith dobló una esquina, el adolescente lo estaba esperando agachado y le disparó, dijo Taylor.
El oficial fue baleado en el pie izquierdo y devolvió el fuego, pero el joven huyó, indicó el jefe policial. Smith pidió refuerzos y siguió persiguiendo al joven. Lo perdió pero otros oficiales lo vieron tratándose de esconder entre unos arbustos.
El joven trató de huir y se enfrascó en una balacera con los policías, durante la cual fue baleado en las extremidades inferiores y llevado al Tampa General Hospital, señaló Taylor. La policía cree que fue dado de alto más tarde.
El mismo joven había sido arrestado en enero tras el robo de un auto y se había robado un arma en ese suceso, informó el jefe policial del condado Polk, Grady Judd.
Al menos una de las otras personas que estaban en el carro fue detenida el miércoles en la noche.
El resumen
Las muertes por armas de fuego tuvieron un punto máximo, un pico, en Estados Unidos durante la pandemia de covid-19, con un número récord de fallecidos en 2021, publicó CNN.
Pero a medida que la epidemia de armas en Estados Unidos empeora, sus efectos no son iguales para todos.
Un nuevo estudio publicado este martes en JAMA Network Open analizó las muertes por armas de fuego en las últimas tres décadas: se perdieron en total más de un millón de vidas desde 1990.
Los investigadores descubrieron que las tasas de mortalidad por armas de fuego aumentaron para la mayoría de los grupos demográficos en los últimos años —especialmente durante la pandemia— y que persisten grandes disparidades.