Gustavo Petro se juramentó como el primer presidente de Izquierda en Colombia. Tiene que atender ahora la realidad de un país con una violencia que tiene una existencia de 60 años.
El Político
Petro asumió la presidencia de Colombia rodeado de un ambiente festivo. En el que la espada de Simón Bolívar, robada en 1974 por el M-19, grupo guerrillero al que pertenecía el propio Petro, jugó un papel protagónico.
Según el Banco Mundial, el país neogradino es el segundo con mayor desigualdad en América Latina, después de Brasil, con un déficit fiscal en 83%. Los gastos del país superan por mucho sus ingresos. Sin embargo, las políticas sociales son extremadamente débiles.
Cuatro de cada 10 habitantes viven en la pobreza. Casi 20 millones viven sin poder cubrir sus necesidades básicas de alimentación. Es decir, el 6,1% vive en la pobreza extrema.
El reto de Petro: acabar con 60 años de violencia
Puede asegurarse sin duda alguna que si algún problema ha copado el tiempo y el esfuerzo de los distintos gobiernos de Colombia, en esos 60 años, ha sido el de la violencia, llevada adelante por distintos grupos guerrilleros.
Entre los que destacan las FARC, con las apenas en 2016 se logró un acuerdo de paz. Pero de donde surgieron las disidencias Las cuales dominan amplios territorios rurales en los que el Estado no logra imponerse.
Luego está el ELN, extendido en todo el país. Según los organismos de seguridad, cuenta con el apoyo del gobierno venezolano de Nicolás Maduro, al aparecer un aliado de Petro
El asesinato de líderes sociales, dirigentes comunitarios, sindicalistas, campesinos, indígenas y defensores de los derechos humanos, se ha convertido en una constante. Los datos de los primeros cuatro meses del año son alarmantes: esos crímenes aumentaron un 53%, según el último informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP).
El pedimento de Petro
Gustavo Petro pidió a las guerrillas que abandonen las armas. Pero no especificó si su ofrecimiento implica rebaja de penas o sanciones alternativas a la cárcel como las acordadas con las disueltas FARC
Plateó en su discurso inicial el fin de la "guerra antidrogas" que considera un fracaso. Por lo que sugerió a Estados Unidos buscar un nuevo método para combatir el expansivo tráfico de estupefacientes.
"Es la hora del cambio (…) Hoy empieza la Colombia de lo posible. Estamos acá contra todo pronóstico, contra una historia que decía que nunca íbamos a gobernar, contra los de siempre, contra los que no querían soltar el poder", destacó.
Por ahora son discursos, la hora de los hechos dirá hasta dónde podrá llegar el nuevo mandatario.
Fuente: Agencias