Alrededor de 7,1 millones de personas están pasando hambre en Camerún, Chad, Níger y Nigeria como consecuencia de la violencia del grupo yihadista Boko Haram, informó este viernes la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Redacción El Político
Coincidiendo con la celebración en Oslo de una conferencia humanitaria con vistas a movilizar fondos para esa región, la agencia destacó que la situación se ha deteriorado "drásticamente" en la cuenca del lago Chad mientras persiste la inestabilidad.
La cifra de afectados por la inseguridad alimentaria severa se ha duplicado hasta los más de siete millones de personas, frente a los 3,4 millones que había en junio del año pasado.
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Entre ellos se encuentran 515.000 menores que sufren de malnutrición aguda, que si no se trata puede suponer graves problemas para su desarrollo e incluso conducirlos a la muerte.
La FAO llamó a una acción "rápida y decisiva" de la comunidad internacional para proteger las vidas de millones de familias dependientes de la agricultura, la ganadería y la pesca, que representan entre un 80 y un 90 % de la población en la zona.
El momento es especialmente crítico, pues la próxima temporada de siembra empieza en mayo y los productores necesitan semillas y otros insumos para lograr una cosecha que compense la falta de agua y de piensos para ganado en el periodo de escasez.
"Nuestros esfuerzos colectivos no se deben limitar a evitar una hambruna masiva, sino que también necesitan permitir a la gente volver a tener una vida digna y el apoyo de la agricultura es clave", dijo el director de Emergencias de la FAO, Dominique Burgeon, en un comunicado.
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La violencia de Boko Haram en el noreste de Nigeria se ha extendido a otras partes de los países vecinos en la región del lago Chad, especialmente en Camerún, Chad y Níger, lo que ha llevado a millones de personas a abandonar sus hogares y sus tierras.
Según la nota, se estima que unas 120.000 personas están padeciendo condiciones de hambruna en Nigeria, casi todas ellas en el estado de Borno, con una población en situación de inseguridad alimentaria que podría ascender a los 3,6 millones de personas en agosto de 2017.
La ONU calcula que se requerirán 232 millones de dólares para garantizar la alimentación de tres millones de personas en las áreas más golpeadas durante los próximos tres años, incluidos 30 millones de dólares de respuesta rápida de emergencia para ayudar a las familias a cosechar y no depender del reparto de alimentos