El joven violinista venezolano Wuilly Arteaga actuó en una "misa musical" en Nueva York para conmemorar a las víctimas de las protestas que se suceden desde hace tres meses en el país suramericano y hacer un llamamiento a la paz.
Unas trescientas personas, en su mayoría venezolanos y cubanos, acudieron a la iglesia Sacred Sacrament de Manhattan el sábado por la tarde y se emocionaron con las sentidas intervenciones de Arteaga y del reconocido músico de jazz cubano Paquito D’Rivera, entre otros artistas.
"Me gustaría ver Venezuela como se merece: un país tranquilo, con alegría, y pronto vamos a llegar a esa situación de paz", declaró a Efe el joven músico de 23 años, que ganó popularidad en su país después de que su violín terminara dañado en medio de una manifestación.
Arteaga tocó su violín mientras caminaba hacia el altar, abriéndose paso entre feligreses envueltos en la bandera nacional que le escuchaban con admiración y exclamaban de vez en cuando "¡Viva Venezuela!".
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Detrás de él, voluntarios de la decena de organizaciones que se sumaron a esta iniciativa desplegaron unas cintas de las que colgaban siluetas de cruces, en memoria de las 75 personas que han muerto desde que comenzó la oleada de protestas en Venezuela el pasado 1 de abril.
A la eucaristía, oficiada en español por un sacerdote de origen ecuatoriano que reivindicó "la justicia social y los derechos humanos", asistieron familias venezolanas que, en la distancia, siguen con una mezcla de tristeza y rabia lo que acontece en su país.
Julio César Castro, quien llegó hace 25 años a Estados Unidos y tiene hijos residentes en Venezuela, señaló a Efe la importancia de "alzar la voz" para paliar el "silencio" que, dijo, predomina en la "opinión pública internacional" sobre la crisis en su país.
Castro expresó su dolor por los jóvenes que están "dando la vida sin haber conocido la democracia" en las protestas que enfrentan desde hace semanas a partidarios y opositores del Gobierno de Nicolás Maduro y que, además de 75 muertos, han dejado más de mil heridos.
Muchos de los detalles de las protestas y sus víctimas llegan hasta esta comunidad de exiliados a través de mensajes en las redes sociales, explicó Harold Machado, un periodista que abandonó Venezuela hace cinco años tras las dificultades de su medio para seguir informando libremente.
"Los medios deben seguir la línea gubernamental o se les corta el suministro de papel o tinta", relató Machado, quien dijo recibir también actualizaciones de la situación política mediante medios informales, a pesar de la incertidumbre sobre su veracidad.
Ambos asistentes al evento escucharon con atención mientras Arteaga interpretaba una versión en español del "Hallellujah" de Leonard Cohen junto a una cantante, actuación que arrancó aplausos y gritos de "libertad" y "Viva Venezuela libre".
La "misa musical" se celebró coincidiendo con el día en que se cumplen 196 años de la Batalla de Carabobo, una acción militar decisiva en la independencia del país en 1821.
Arteaga, nacido en Valencia (Venezuela) en un entorno humilde y miembro de la Sinfónica Juvenil de Caracas, encabezó tras la eucaristía una marcha por la calle Broadway hacia la estatua de Simón Bolívar, situada en Central Park.
Haciendo sonar su violín por las calles de Manhattan, Arteaga guió al nutrido grupo de manifestantes que clamaba por la "libertad" en Venezuela y también en Cuba enarbolando las banderas nacionales de ambos países.
Con el objetivo de llamar la atención sobre la "grave crisis y las protestas masivas" en Venezuela, Arteaga ha realizado intervenciones artísticas en Washington y Miami, además de una visita a Naciones Unidas esta semana.
Arteaga denunció el jueves en la ONU la represión del Gobierno de Nicolás Maduro y pidió apoyo internacional a las protestas opositoras en su país, pero subrayó que la intención de los venezolanos es resolver sus propios problemas cumpliendo con la Constitución.
Fuente: EFE