Durante la apertura del Congreso del partido Comunista, Xi Jinping propuso el domingo acelerar el desarrollo militar y tecnológico para impulsar el “rejuvenecimiento” del país.
El Político
La rama militar del partido, el Ejército de Liberación Popular, debe “salvaguardar la dignidad y los intereses de China”.
Así lo dijo Xi en alusión a una serie de reclamaciones territoriales y otros asuntos sobre los que Beijing dice que está dispuesta a ir a la guerra. Es el segundo ejército más grande del mundo, por detrás del estadounidense, y trata de ampliar su alcance con el desarrollo de misiles balísticos.
El mandatario chino agregó que “trabajaremos más deprisa para modernizar la teoría, el personal y las armas militares”, dijo Xi en el discurso, salpicado por breves momentos de aplausos de los delegados, que llevaban mascarillas. “Mejoraremos la capacidad estratégica del ejército”.
El político chino ofreció un discurso televisado de una hora y 45 minutos ante unos 2,000 delegados en el enorme Gran Salón del Pueblo.
Su alocución fue seguida de cerca por empresas, gobiernos y la población china, que buscaban indicios sobre el rumbo político y económico del país, reportó DiariolasAmericas.
El encuentro se celebraba en medio de una dolorosa crisis económica y de tensiones con Washington y vecinos asiáticos por comercio, tecnología y seguridad.
Xi presentó como un éxito la rígida estrategia de “cero COVID”
Xi presentó como un éxito la rígida estrategia de “cero COVID” de su gobierno, que ha cerrado grandes ciudades y trastocado viajes y negocios.
No apuntó a posibles cambios, pese a la frustración del público con su creciente costo.
El Congreso nombrará un Comité Permanente del Partido Comunista, el círculo interno de poder.
No se esperaba que se nombraran responsables económicos hasta que la legislatura china, un organismo ceremonial, se reuniera el próximo año.
Pero el nuevo comité, que se anunciará tras el final del congreso el sábado, será una pista de quién tiene más opciones de suceder a Li Keqiang como máximo responsable económico.
Se espera que Xi impulse a aliados que comparten su ambición de desarrollo guiado por el estado.
El Partido Comunista ha aumentado su dominio sobre la industria estatal
El Partido Comunista ha aumentado su dominio sobre la industria estatal e invertido en iniciativas estratégicas para impulsar a creadores chinos de tecnología aeroespacial, de energías renovables, autos eléctricos y procesadores, entre otros campos.
Sus tácticas han provocado quejas de que Beijing protege y subvenciona de forma inapropiada a sus innovadores en ciernes, e hicieron que el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, subiera los aranceles a las importaciones chinas en 2019, lo que desencadenó una guerra comercial que remeció la economía global.
El sucesor de Trump, Joe Biden, ha mantenido esos aranceles y este mes aumentó las restricciones al acceso chino a la tecnología estadounidense de procesadores.
El partido ha estrechado su control sobre líderes del sector privado, como el gigante del comercio electrónico Alibaba Group, a través de campañas antimonopolio y de seguridad de datos, entre otras.
Sometidas a presión política, las firmas desvían miles de millones de dólares al desarrollo de chips y otras iniciativas del partido.
El precio de sus acciones en bolsas extranjeras ha caído debido a la incertidumbre sobre su futuro.
China censuró menciones en internet a carteles de protesta
La semana pasada aparecieron pancartas que criticaban a Xi y su política de “cero COVID” en un puente que pasa sobre una importante carretera en Beijing, en una protesta inusual.
Willy Lam, especialista en política de la Universidad China de Hong Kong, indicó que Xi parece 2reafirmar su posición sobre la lucha contra el COVID-19, mientras otros países levantan sus restricciones de desplazamientos y recurren a cadenas de suministro con más libertad de movimiento".
En conclusión
¿Qué se espera?
Se espera que al final de esta semana de reuniones a puerta cerrada, Xi mantenga su liderazgo como secretario general del PCCh, que según la constitución de la formación no tiene límite de tiempo.
Sin embargo, por costumbre, las cuatro últimas generaciones de líderes abandonaron el cargo al cabo de una década (Deng Xiaoping, 1978-89; Jiang Zemin, 1989-2002; Hu Jintao, 2002-12).
El puesto de secretario general lleva implícito el de máximo líder militar, ya que a diferencia de los sistemas democráticos, en China no hay separación de poderes entre el partido y el ejército.
El cargo también lleva implícito el de presidente, que es puramente ceremonial, y que en la Constitución china sí tenía un límite de dos legislaturas que Xi abolió en 2018, lo que fue una clara señal de sus intenciones autoritarias y personalistas, y un revés a la incipiente institucionalización del Partido.
De esta manera, Xi, de 69 años, espera igualarse al fundador de la República Popular, Mao Zedong, que permaneció en el poder por más de 40 años hasta su muerte.
La inédita "reelección" de Xi como presidente tendrá lugar durante la próxima reunión del órgano legislativo, la Asamblea Nacional Popular, en 2023.
También, según una tradición no escrita, Xi debería de haber promovido a posibles jóvenes sucesores en el anterior congreso de 2017, de entre los 200 miembros del Comité Central, a alguno de los 25 cargos del Politburó, o directamente al Comité Permanente, que cuenta ahora con 7 miembros incluido Xi (han llegado a ser 9). Pero no sucedió. Lo que se interpreta como el deseo del mandatario de permanecer en el cargo de forma vitalicia.
Lam aseguró, finalmente, que “Xi está dejando muy claro que pretende mantenerse en el poder mientras su salud se lo permita”.