El XX Congreso del Partido Comunista de China, que concluye este domingo, otorga al presidente Xi Jinping, unos poderes tan excepcionales, que lo designa "rector del pensamiento".
El Político
El líder de 69 años ha revalidado un tercer mandato de, al menos, otros cinco años, pero con más poder que nunca.
Xi, es además de secretario general del partido y jefe de Estado, es presidente de la Comisión Militar Central, el órgano que supervisa y comanda las fuerzas armadas.
El PCCH modificó la nueva Constitución que ahora establece la posición central "del camarada Xi Jinping en el Comité Central del partido, en el partido en su conjunto y el papel rector del pensamiento de Xi Jinping”.
Ahora los cerca de 97 millones de miembros del partido deberán "defender el rol central del camarada Xi Jinping " según una resolución adoptada de forma unánime, poco antes del cierre de su congreso quinquenal en Pekín.
Por qué es importante
El Congreso del Partido Comunista Chino (PCCH) el equivalente a una elecciones generales. Si todo hubiera seguido los cauces naturales, tras una década en el poder, el actual mandatario estaría entregando el mando del país este domingo.
Sin embargo, tras afianzar en estos últimos diez años su poder dentro del partido, Xi seguirá por tercer mandato consecutivo. Al tiempo que recupera un culto a la personalidad que no se vivía desde Mao Zedong.
Para el ex primer ministro australiano Kevin Rudd la característica más preocupante es el análisis del entorno estratégico externo que presentó Xi en el congreso.
"El PCCh ya no descarta la posibilidad de una gran guerra en el futuro previsible y Xi pide al partido que siga adhiriéndose al espíritu de lucha".
Xi tras la sombra de Mao
Xi Jinping nació bajo el ala de la cúpula comunista imperante. Su padre, Xi Zhongxun, tuvo un papel importante dentro del circulo político de Mao Zedong.
Pero en los años sesenta las desavenencias con el dictador chino y la Revolución Cultural provocaron que la familia de Xi fuera enviada a campos de trabajo forzosos.
Más de medio siglo después, la propaganda china habla de un meteórico ascenso, que ha permitido que Xi sea el gran líder chino capaz de rivalizar con Mao.
Al pensamiento de Xi ya se le da una relevancia importante y se estudia en las escuelas. Según los analistas todo indica que en los próximos años se equiparará al de Mao Zedong.
En contexto
En las últimas décadas, China buscaba reformar la economía y crecer. Sus líderes eran más tecnócratas centrados en situar su economía entre las más importantes del mundo.
Xi Jinping mantiene esa idea de que China siga creciendo, "pero le ha dado un giro más político e ideológico" a su mandato, "similar a lo que hacía Mao".
Dentro del propio PCCH ha surgido cierto temor a que reviva el culto a la personalidad, al estilo de lo que ocurrió con Mao.
Ese liderazgo colegiado con el que Deng Xiaoping buscó acabarlo para podría cambiar si el poder se prolonga en el tiempo en manos del actual presidente.
Por que la imagen del partido será menos importante que la de Xi. Lo que también recuerda la concentración de poder que tuvo Mao.
El nuevo ejército de Xi
La reunión de una semana, que concluyó este sábado, incluyó las principales iniciativas políticas de Xi sobre la economía y el ejército en la constitución del partido. Así como su impulso para reconstruir y fortalecer la posición del partido para el desarrollo y el futuro de China.
Xi dijo que el Ejército Popular de Liberación (EPL) impulsará la "educación política y la capacitación disciplinaria como parte de su movimiento anticorrupción".
El líder introdujo una campaña anticorrupción sin precedentes a finales de 2012 cuando asumió el mando del EPL, purgando a cientos de generales.
Pide un aumento en la proporción de "fuerzas de nuevos dominios con nuevas capacidades de combate" para establecer "un fuerte sistema de disuasión estratégica". También insiste en un desarrollo acelerado de "capacidades de combate con armas no tripuladas, la promoción del desarrollo coordinado y la aplicación del sistema de información de red".
Muchos interpretaron estos mensajes de Xi como la intención de mejorar también la capacidad de disuasión nuclear en medio de una nueva Guerra Fría con otra potencia nuclear.
Estados Unidos ha advertido en varios informes sobre la expansión de las armas nucleares de China: estima que el país asiático podría tener hasta 700 ojivas nucleares entregables para 2027 y al menos 1.000 para 2030.
Lo que sigue
Será el domingo, cuando del Comité Central salgan los 25 dirigentes del Politburó, el grupo que formula las políticas y del que también emana la cúpula del poder, formada por los siete mandamases del Comité Permanente.
La gran revelación será conocer esos últimos nombres. Por cuatro asientos de ese órgano quedarán libres: el primer ministro Li Keqiang; el presidente de la Asamblea Popular Nacional, Li Zhanshu; el presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, Wang Yang; y el viceprimer ministro Han Zheng. Todos ellos superan los 67 años y se espera que se jubilen.
Dentro del Politburó hay otra regla no escrita que dice que cualquier persona que tenga más de 68 años debe abandonarlo, para favorecer el cambio generacional. El propio Xi ya tiene 69, con lo cual no debería estar ahí…pero está y seguirá.
Las miradas estarán puestas en quiénes acompañarán a Xi en la cúpula, lo que dará una visión del poder real que tiene.
Este es el nuevo amo de China sucesor de Mao Zedong, de quien busca hasta hacerlo desaparecer en el recuerdo.
Fuente: El Mundo / DW / 20 minutos