Con el fin de aislar más a Rusia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha propuesto ganarse el favor de los países “no alineados” en Latinoamérica, África y Asia.
El Político
Al cumplirse un año de la invasión de su país, Zelenski busca alianzas en todo el mundo para arrinconar más a Rusia en la esfera internacional, pero en América Latina reina aún la cautela ante lo que podría implicar, a la larga, para su estabilidad, reportó Efe.
¿Por qué es importante?
La iniciativa más ambiciosa anunciada por Zelenski es la organización, en una capital “que sea capaz de reunir a tantos países del mundo como sea posible”, de una cumbre sobre la guerra centrada en principios reconocidos por la ONU como la soberanía y la integridad territorial de los Estados que Rusia viola en Ucrania.
Con el apoyo de Occidente bien apuntalado, Zelenski busca sumar a los esfuerzos diplomáticos, y quizá también militares, para lograr la retirada de las tropas rusas de su territorio a países que siguen manteniendo buenas relaciones con Moscú y se han mostrado ambivalentes a la hora de tomar partido en la guerra.
De hacer énfasis en la necesidad de defender la democracia y los derechos humanos, que son prioritarios para los Gobiernos occidentales, Ucrania ha pasado a hacer hincapié en dos principios en juego en este conflicto: la integridad territorial y la soberanía frente a la amenaza del imperialismo.
Por razones históricas y por sensibilidad política, este argumento tiene, a priori, más posibilidades de calar entre los líderes de Latinoamérica, África y Asia, tres partes del mundo que han vivido invasiones de potencias extranjeras y experiencias coloniales traumáticas en las últimas décadas y siglos.
Russia’s efforts to break the resolve of the brave people of Ukraine are failing. One year on, Ukrainians are fighting valiantly for freedom and independence
We #StandWithUkraine ?? pic.twitter.com/abOhxhOhI6
— NATO (@NATO) February 24, 2023
Lula como potencial aliado
Para abrirse camino en este empeño, Zelenski cuenta con el presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, a quien el líder ucraniano ha invitado a visitar Kiev, para pedirle ayuda para conseguir que en América Latina se “entienda mejor” lo que ocurre en Ucrania.
Zelenski podría invocar ante Lula tanto su condición de garante del orden democrático en Brasil, frente a los impulsos golpistas de parte de la oposición, como la carta del antiimperialismo, un tema central en el discurso de la izquierda latinoamericana a la que pertenece el mandatario brasileño.
Lula ya ha mostrado interés en ejercer de mediador en la guerra, pero parte de una posición difícil de aceptar en Kiev. Antes de ser reelegido, Lula repartió la culpa del conflicto entre Zelenski y el presidente ruso, Vladímir Putin.
Y más que un mediador, Zelenski busca un aliado que, en nombre de la lucha de los pueblos contra un imperialismo que la izquierda latinoamericana identifica más con Estados Unidos que con Rusia, aumente la presión sobre Putin para que cumpla con la Carta de la ONU y retire a sus tropas de Ucrania.
Sin embargo, Lula se ha aferrado a la tradicional posición diplomática, que da prioridad a la negociación y al diálogo para la resolución de los conflictos, desde una declarada postura de neutralidad.
El voto de la ONU
Ucrania cuenta, sin embargo, con un precedente positivo. Brasil, Argentina, Colombia o Chile, que a menudo se muestran críticos con Estados Unidos y sus más estrechos aliados, votaron este 23 de febrero a favor de una resolución ucraniana que exigía la retirada incondicional de las tropas rusas.
Zelenski quiere plasmar esta votación, en la que 141 de los 193 países de la ONU apoyaron la iniciativa ucraniana, en una cumbre igual de amplia en la que se apoye expresamente el principio de integridad territorial que vulnera Rusia.
Ambivalencia de China
Pero a pesar de lo espectacular del resultado, entre los países que se abstuvieron se cuentan dos grandes potencias como China e India, a las que Zelenski ha apelado directamente para que se signifiquen en la defensa de la Carta de la ONU también en lo que respecta a Ucrania.
Zelenski celebró que China se haya postulado como mediadora en el conflicto, y se ha mostrado dispuesto a reunirse con su presidente, Xi Jinping.
Pero, según la inteligencia estadounidense, Pekín estaría sopesando suministrar drones kamikazes a Rusia, lo que podría fortalecer de manera sustancial al bando ruso.
Latinoamérica se aferra a la cautela ante las peticiones de Zelenski
En Latinoamérica reina aún la cautela ante lo que podría implicar, a la larga, para su estabilidad un apoyo explícito a Ucrania.
En la región hay históricos “amigos” de Moscú que, aunque han condenado la invasión, no han pasado de las palabras a la acción. Y la tarea no es fácil.
Al comienzo de la invasión, Argentina tenía buenas relaciones bilaterales con Rusia, pero con el avance del conflicto, el Gobierno de Alberto Fernández terminó condenando en diversos foros la invasión rusa a ese país y denunciando los enormes costos económicos que ha provocado, especialmente en Latinoamérica.
Por su parte, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha condenado la invasión a Ucrania, pero al mismo tiempo ha chocado con el Gobierno de Zelenski por su rechazo al envío de armas a Kiev y a emitir sanciones contra Moscú.
Colombia, por su parte, ha mantenido, desde la llegada al Gobierno de Gustavo Petro, una prudente distancia con la guerra y el mandatario ha pedido negociación para solucionar el conflicto por la vía del diálogo, pero sin inmiscuirse demasiado.
Chile ha rechazado con dureza la “agresión” de Rusia
Chile es el país que más ha condenado la invasión de Ucrania. Su presidente, Gabriel Boric, ha rechazado con dureza la “agresión” de Rusia y ha trasladado personalmente a Zelenski “todo el apoyo de Chile en temas humanitarios”.
En el primer aniversario de la invasión el pasado 24 de febrero, Boric envió su “solidaridad” al pueblo ucraniano y publicó en sus redes sociales: “La paz se debe basar en el respeto al derecho internacional y los derechos humanos”.