El Sol ilumina la Plaza Vieja de la zona histórica de La Habana y un calor húmedo transforma el lugar en una sauna a cielo abierto. Cuando usted pisa los adoquines de las antiguas calles, la sensación que percibe es que camina por encima de tizones ardiendo.
A la entrada del planetario, lugar de exposiciones ubicado en la calle Mercaderes, construido en 2009, decenas de niños acompañados por sus padres hacen cola para ver este trozo de la geografía habanera desde una cámara negra.
Los turistas, como siempre, distendidos y despistados, beben cerveza o toman fotos del entorno, vestidos con sus bermudas y sandalias de cuero, cargando con ellos un pomo de agua mineral.
En esta hoguera tropical, sentado en una incómoda silla plástica, charlé con José (seudónimo), quien trabaja en el almacén de la cadena Habaguanex.
“Ya todo esto se jodió. Habaguanex la hicieron pedazos. El fin de semana pasado hubo una reunión y quitaron a Eusebio Leal de estar frente de la firma. Esto ya se veía venir. Fue una escalada metódica y estudiada. Al final lo que querían era controlar un negocio que deja cientos de millones de dólares en ganancias. Estos militares son depredadores. No se conforman con lo que tienen”.
Probablemente la persona mejor informada sobre los negocios de Eusebio Leal, historiador de la ciudad que creó un auténtico imperio con la intención de renovar edificios emblemáticos de la Habana Vieja, se llama Juan Juan Almeida García, hoy residente en Miami.
El pasado 13 de junio escribió una nota en la página web de Martí Noticias, La conquista militar del imperio de Eusebio Leal, donde detallaba las estrategias del grupo empresarial verde olivo GAESA, dirigido por el general de brigada Luis Alberto López-Calleja, exyerno del presidente Raúl Castro.
Señalaba Juan Juan: “Siguiendo un plan muy bien trazado que incluye, sacar partido de la enfermedad del Dr. Eusebio Leal para fortalecer, aún más, el dominio en la cadena de supremacía comercial y empresarial de cada rincón de la isla, el próximo 30 de octubre, Habaguanex, la compañía turística que un día perteneció al centro histórico de la Habana Vieja, quedará completamente en manos del súmmum de los depredadores cubanos, el Grupo Administrativo Empresarial de las FAR".
Mucho se ha filtrado sobre la auditoría que realiza la Contraloría General y el Consejo de Estado a la empresa que lleva el nombre del primer cacique habanero. Hasta hoy, se revelan faltantes millonarios y presuntos casos de corrupción en los almacenes centrales.
“Es práctica habitual entre los funcionarios corruptos, revisar, dar de baja y vender por fuera equipos nuevos recién instalados en hoteles, hostales, inmobiliarias, tiendas, restaurantes y cafeterías de la empresa; pero convertir a Habaguanex en dependencia de Gaviota, es una de las medidas más audaces y malintencionadas que haya tomado esta corporación militar que dirige Rodríguez López-Callejas”, aseguró a Juan Almeida Jr. una fuente cercana a la sonada inspección.
Idania, arquitecta del proyecto de Eusebio Leal, visiblemente disgustada, considera que el traspaso administrativo es un error. “Me contaron que en la reunión del sábado, la Contrainteligencia Militar aplicó medidas de seguridad para que no se filtrara nada. Prohibieron los móviles y advirtieron que aquéllos que no guarden discreción, además de ser separados definitivamente de sus puestos de trabajo, podrían recibir sanción penal. Los militares son como un elefante en una juguetería. De antemano te digo que no va funcionar. Las fuerzas armadas controlan un sector del turismo y ETECSA, y eso no ha traído un mejor desempeño. Todo lo contrario”.
Muchos trabajadores piensan que sus salarios se verán afectados. “Nosotros teníamos una normativa salarial especial diseñada por el propio Eusebio. Ganábamos salarios más altos en nuestros oficios que en el resto del país. Si ahora los guardias comienzan a aplicar la Resolución 17, el sueldo puede reducirse a la mitad. Yo devengaba un salario mensual de dos mil pesos y casi cien pesos convertibles. Si con la nueva administración se rebaja, cientos de trabajadores pedirán su baja”, cuenta Osvaldo, de oficio masillero que trabaja en la restauración del Capitolio Nacional.
La ofensiva del empresariado militar no es nueva. En septiembre del año pasado una brigada de desguace, en poco más de dos horas, desmanteló los tubos de aluminio y toldos de tres bares al aire libre en la Avenida del Puerto, donde cientos de habaneros y turistas solían beber cerveza o comer pollo frito entre músicos ambulantes y prostitutas a la caza de clientes. De un golpe, envió al paro a dos decenas de trabajadores y otros tuvieron que reubicarse, ocasionándoles importantes pérdidas salariales.
Pero los intereses reales eran otros. Llamémosle Mario, un burócrata de la corporación Habaguanex. Él nos cuenta que “los negocios adyacentes al puerto ya son controlados por empresas militares. Desde el alquiler y gravámenes en el antiguo almacén de San José, ahora reconvertido en un mercado de artesanías, hasta hostales, cafés, restaurantes y tiendas. Existe un plan maestro para convertir el puerto en una plaza turística que oferte esparcimientos y servicios a los excursionistas de cruceros”.
Nicolás, contable de Habaguanex, reconoce que “como en todo los sectores del país, la corrupción en la empresa era bestial.MILITARIZACIÓN CUBANA Existían almacenes donde la entrada y salida de mercancías no se asentaban en las tarjetas de estibas. Pero el trabajo de restauración de la Habana Vieja y otros sitios históricos es, quizás, de lo poco que funciona bien en Cuba. Ninguna otra institución del Estado ha podido rescatar ni mantener las edificaciones antiguas de la ciudad”.
En los últimos meses, ha existido un repliegue del Gobierno para no encarar nuevas reformas económicas. El sector más conservador del partido está al frente de la dirección del país. Entre los cambios recientes de muebles destacan la destitución del ministro de Cultura, Julián González Toledo, que fue sustituido “provisionalmente por Abel Prieto, así como la salida del cargo del llamado zar de las reformas, Marino Murillo, que estaba al frente de la cartera económica.
Según se ha podido conocer, el general Leonardo Andollo Valdés, padre de la nadadora e instructora de buceo Deborah Andollo, estará al frente de la empresa Habaguanex.
Se desconoce qué nuevas funciones desempeñará Eusebio Leal. Si ejercerá exclusivamente como Historiador de La Habana o pasará al denominado “plan piyama”, a donde envían a los destronados del régimen. En una autocracia de ordeno y mando todo es posible.
Eusebio Leal sale del juego
Cuando en enero de 1994 se fundó Habaguanex S.A, los cubanos, con un desconocimiento casi total de entidades que funcionaran con autonomía económica respecto al Gobierno, quedaron sorprendidos.
Bajo de sombrilla de toda la estructura perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal, la corporación Habaguanex, con fines comerciales, se encargaría desde entonces de reinvertir los fondos recaudados de la gestión turística para la restauración y recuperación del centro histórico de la capital cubana, declarado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad.
Más de dos décadas trascurrieron y la compañía bautizada con el nombre de un cacique indio que habitó la zona, operó como una empresa solvente, bajo la dirección de Leal.
Los empleados que contrató la Oficina del Historiador durante esos años, para realizar los innegables trabajos de restauración que tuvieron lugar en la zona más antigua de la vieja Habana, gozaron de ciertos privilegios, como salarios menos simbólicos que los pagos miseria asignados por el Gobierno.
Asimismo, en un ambiente de recuperación poco usual en medio de la dejadez predominante en el país, en la delimitada zona se vieron renacer los antiguos palacetes, las plazas, las calles adoquinadas, los restaurantes y hasta se podía respirar un aire de que al menos en esa área exclusiva, La Habana resplandecía.
Pero al parecer, resultaron demasiado los poderes concedidos a Leal que administró con autonomía las finanzas de Habaguanex S.A durante 21 años y en medio de la purga silenciosa, que perennemente se mueve en las madejas del poder en Cuba, el ilustre historiador cayó en desgracia.
Aunque no ha trascendido de manera oficial aún en los medios de comunicación de la isla, resultado de una auditoría que le fue practicada a la corporación y bajo el pretexto de casos de corrupción desmedida, desde el sábado 30 de julio Habaguanex pasó al control militar.
Pero aunque el manto de la duda pueda caer ahora sobre la gestión administrativa de Leal, alguien que asegura conocerlo bien de cerca expone cuáles son las verdaderas motivaciones para que el afamado historiador de La Habana, reconocido internacionalmente, haya sido despojado de una de sus principales herramientas de trabajo.
“Es un hombre culto, de mente abierta, al que muchas instituciones y personas en el mundo respetan”, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS Juan Juan Juan Almeida, periodista de radio y tv Martí.
“Son miles las razones por las que el iracundo Raúl Castro siente un odio visceral por Eusebio Leal. Lo odia, lo envidia, lo reta y lo detesta”, apuntó.
“De ahí que resultado de una auditoría realizadas a Habaguanex y a la Oficina del Historiador afloraran faltantes impresionantes”, añadió Almeida.
A partir de la opinión de Almeida, la salida del juego de Eusebio Leal pudiera ser otro ajuste de cuentas, similar a los que hemos visto a lo largo de 57 años, cuando una de las fichas resulta innecesaria en el pedestal de los elegidos.
Con información de Diario Las Américas