La ahora exportavoz de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, abandona su cargo sin haber mantenido una sola conferencia con la prensa desde que en junio del año pasado reemplazó a su predecesora, Sarah Sanders.
El Político
Kayleigh McEnany, portavoz de la campaña electoral de Donald Trump, tomará el relevo de Grisham y se convertirá en la cuarta portavoz del presidente Trump en poco más de tres años.
Su nombramiento es el primero de peso realizado por el recién aterrizado jefe de gabinete de la Casa Blanca, el antiguo congresista de Carolina del Norte, Mark Meadows.
Grisham abandona la conocida como Ala Oeste de la Casa Blanca para pasarse al Ala Este y ejercer como jefa de personal de la Primera Dama, Melania Trump.
“Estoy muy contenta de tener a Stephanie de vuelta en mi equipo”, ha declarado la mujer del presidente en un comunicado. “Desde el primer día ha sido un valor seguro y una auténtica líder dentro de la Administración y sé que hará un trabajo magnífico como jefa de personal”, finaliza Melania Trump.
Grisham se comunicaba con la prensa a través de notificaciones, entrevistas o mensajes en Twitter. En la época anterior al coronavirus, la sala de prensa de la Casa Blanca apenas tenía uso.
Frente a la pandemia, la sala ha recobrado su protagonismo con comparecencias diarias del equipo de la Administración que lucha contra el virus, a menudo liderado por el presidente con altercados y adjetivos descalificativos para los reporteros.
Grisham, de 43 años, era una de las pocas personas que todavía permanecían en la Casa Blanca que había formado parte de la campaña presidencial de Donald Trump en 2016. Desde entonces se convirtió en una asesora de confianza para Melania Trump, de quien fue directora de comunicación antes de ser llamada para ser la secretaria de prensa de Trump.
Grisham, que siempre comparecía junto al presidente cuando este hacía un anuncio, nunca apareció frente a la prensa para contestar preguntas. Sin embargo, la exportavoz aparecía con frecuencia en los estudios televisivos de la cadena FOX, un medio amigo de la Administración Trump.
Grisham tuvo que mantener una cuarentena de dos semanas después de que su homólogo brasileño resultara contagiado de COVID-19 durante una cena en la residencia de vacaciones de los Trump en Florida en 7 de marzo.
Desde que estalló la crisis del coronavirus, Grisham ha estado cada día más al margen mientras que Katie Miller, la portavoz del vicepresidente, Mike Pence, cobraba protagonismo. Después de Sarah Sanders y Sean Spicer, Grisham ha sido la tercera portavoz del presidente en un periodo de poco más de tres años.
Fuente: VOA