El desastroso manejo de la industria petrolera por parte del régimen chavista ha hecho que Venezuela enfrente una terrible situación económica. PDVSA, la principal fuente de ingresos del país, está destruida.
Mario Beroes/El Político
Es tal el estado de abandono, corrupción y desidia en la estatal petrolera venezolana, que el régimen ni siquiera puede cumplir sus compromisos con su principal aliado en la regíon; Cuba.
La isla caribeña sufre su particular crisis energética. La estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba prevé apagones a causa de un déficit de un 30 % en la capacidad máxima de generación de energía durante las horas de mayor consumo.
Venezuela, su mayor proveedor de energía, Venezuela, ha ido reduciendo el suministro desde los últimos meses.
De hecho, Nicolás Maduro ha priorizado los envíos de petróleo a Estados Unidos, por encima de su viejo aliado cubano.
Se especula que existe un "pacto" entre Washington y Caracas, donde a cambio del alivio de ciertas sanciones económicas, y el perdón a familiares de la mujer de Maduro de hechos delictivos, el petróleo venezolano es adquirido por los EEUU.
Cuba, por su parte, depende en gran medida del petróleo extranjero para producir energía (las termoeléctricas generan dos tercios de la electricidad).
Sin su principal proveedor, Venezuela, el regimen que encabeza Miguel Díaz-Canel, no encuentra alternativas.
Plantas y redes anticuadas
A la reducción del suministro venezolano, hay que añadir el problema generado por el deterioro de las plantas y redes cubanas.
El parte diario de la UNE detalla que, actualmente, se encuentran fuera de servicio por averías nueve unidades de diversas termoeléctricas del país, a las que sumar otra que está en fase de mantenimiento.
El fin de semana la afectación fue de 989 MW, según explicó el director del despacho nacional de carga de la UE, Pavel Angulo, en la televisión estatal.
Los cortes en el suministro eléctrico, por roturas y fallos en las anticuadas plantas termoeléctricas, la falta de combustible y los mantenimientos programados, son cada vez más frecuentes en el país.
En 60 de los 62 días de julio y agosto se registraron apagones en la isla caribeña, de acuerdo con los datos de la UNE.
El Gobierno cubano busca reducirlos antes de finales de este año a través de reparaciones y nuevas inversiones.
Los apagones afectan todos los ámbitos de la economía y de forma notable a la vida diaria de los cubanos, lo que está azuzando el descontento social en una país que atraviesa una severa crisis.
Los cortes de luz fueron uno de los principales motivos en las protestas contra el gobierno del pasado 11 de julio, las mayores en décadas.