Mientras el fuego consume partes de Maui y Lahaina, dos de las islas que integra el archipiélago de Hawái, en Estados Unidos, la justicia local anunció el comienzo de investigaciones para estudiar la respuesta brindada por las autoridades a los incendios forestales.
El Político
Durante este viernes, Anne López, fiscal general de Hawái indicó que su oficina examinará “la toma de decisiones críticas y las políticas vigentes antes, durante y después” de que el fuego se activara, a comienzos de esta semana.
López habló de la pesquisa en medio de quejas ciudadanas que sugieren un mal manejo de la emergencia. “¿Dónde está el gobierno? ¿Dónde están ellos?”, preguntaba una víctima al ser entrevistada por la agencia de noticias AFP.
Hasta la noche del viernes, los reportes oficiales contabilizaban 80 muertos y más de 1.400 evacuados. Los números, indican los expertos, continuarán en aumento, en la medida en la que se desarrollen los trabajos de búsqueda y rescate.
Gracias a esas cifras, los de Maui y Lahaina se han convertido en los incendios forestales más mortíferos de Estados Unidos, desde los registrados, durante 2018, en el estado de California. Aquellas llamas arrasaron con la ciudad de Paradise y provocaron la muerte de 85 individuos.
Posible fallo en el sistema de alarmas
De manera frecuente, las autoridades de Hawái se ufanan de tener el sistema de alertas de seguridad pública más grande del mundo.
Tal dispositivo cuenta con unas 400 sirenas, que se ubican a lo largo y ancho de las islas que integran el archipiélago.
El relato de algunos de los sobrevivientes indica que el sistema de prevención falló, una vez comenzados los incendios.
Las alarmas no sonaron. Según la Agencia de Manejo de Emergencias de Hawái, el condado envió alertas a través de dispositivos móviles, mediante radio y por medio de las televisoras.
Aún no está claro si los avisos llegaron a tiempo, antes de que el servicio de energía eléctrica y de telefonía dejara de funcionar.