Tan masiva que abruma. Así es la llegada de inmigrantes indocumentados, a través de la frontera sur de los Estados Unidos. De momento, Arizona es la región más afectada.
El Político
El estado, que limita con la localidad mexicana de Sonora, ha registrado más entradas que el resto de las entidades estadounidenses que limitan con la nación azteca.
El tramo más concurrido es, a decir de las autoridades, el que está ubicado en la ciudad de Tucson.
En junio, ese paso fronterizo registró el arribo de 27.294 indocumentados. Un mes después, la cifra ascendió hasta los 42.561 migrantes.
"No habíamos visto tantos inmigrantes desde aproximadamente 2008″, dijo, al “New York Post”, Adam Isacson, miembro de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés).
“Lo que estamos viendo es muchos grupos grandes que quieren entregarse”, comentó Isacson, en referencia a las prácticas que se están registrando en la frontera.
Los denominados “coyotes” (traficantes de personas que cobran para pasar indocumentados desde México a Estados Unidos) suelen llegar a los pasos con autobuses cargados de migrantes.
Una vez allí, los ilegales son dejados a su suerte. La mayoría aprovecha cualquier resquicio para colarse hasta el territorio estadounidense.
Una vez en la Unión Americana, los inmigrantes proceden a entregarse a la Patrulla Fronteriza y a solicitar asilo. Los agentes de ese cuerpo de seguridad llaman a ese acto “rendiciones”.
Compuertas abiertas de par en par
Agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) explicaron al “New York Post” que decenas de indocumentados se filtran hasta el territorio de Estados Unidos, a través de grandes compuertas que fueron construidas a lo largo de la frontera entre Arizona y Sonora.
Las puertas fueron creadas como aliviadero del agua que suele fluir durante la temporada anual de lluvias. También funcionan como pasos que permiten la entrada y salida de una especia de antílope en peligro de extinción.
Fuentes de la Patrulla Fronteriza revelaron que los portones se encuentran abiertos de par en par, por orden de distintas agencias del Gobierno federal, entre ellas la Oficina de Parques Nacionales.
Se estima que dejar las compuertas abiertas permite que unos 1.400 ilegales ingresen a Estados Unidos de forma diaria.