La amenaza de un alza de precios en los alimentos y la preocupación por la seguridad alimentaria de miles de millones de personas a nivel mundial son aspectos claves que resaltan tras el ataque ruso realizado este lunes contra la región portuaria del río Danubio en Ucrania.
El Político
Con este ataque, Moscú dio un golpe certero a la mejor ruta de exportación que le quedaba a Kiev. Ello después de que el Kremlin abandonara un acuerdo por el cual permitía a Ucrania exportar granos que son muy demandados por el resto del mundo.
La semana pasada, Rusia atacó en varias oportundiades el puerto ucraniano de Odesa y restableció el bloqueo de los puertos del Mar Negro. La seguridad alimentaria del planeta una vez está en peligro. Para los países más pobres pudiera ser una tragedia en forma de hambre. Pero el impacto también pudiera sentirse en las naciones ricas.
Este lunes se reportó un alza en los precios de las materias primas. En una nota publicada en Político, Joe Glauber, ex economista jefe del Departamento de Agricultura de EE. UU., asegura que si continúa el aumento en los precios del trigo y otras materias primas, sin duda, habrá una presión y un impacto en el mercado de los alimentos en Estados Unidos.
Momentos difíciles para EE.UU.
Es natural que esta nueva situación levante preocupaciones en Estados Unidos. Allí, los precios se habían estabilizado en los últimos meses, luego de un largo tiempo de inflación elevada como producto de las secuelas de la pandemia de covid-19. También por las restricciones a la exportación de petróleo ruso como forma de sancionar a Moscú por su agresión a Ucrania. Esto último produjo un alza sustancial en el precio de la gasolina.
El escenario no luce sencillo: El aumento de los precios del trigo y el maíz, y el incremento en los precios del petróleo ocurrido este lunes se producen en el marco de una reunión de la Reserva Federal de EE.UU. que determinará si el banco central vuelve a subir las tasas de interés.
El economista Arlan Suderman, economista jefe de materias primas de StoneX, agregó otro elemento de preocupación:
“Esto se suma al riesgo de una inflación persistente y persistente a largo plazo”.
Un problema para el Presidente
Este panorama es desalentador para Joe Biden, quien aspira mostrar una inflación controlada, precios estabilizados y una economía segura para sus electores. Los precios relativamente altos, pese al descenso de la inflación, siguen siendo una de las mayores preocupaciones del público estadounidense. Ello explica en parte la popularidad baja de Biden.
Si la inflación vuelve a acelerarse, el Presidente pudiera perder aun más puntos ante el electorado. Justo cuando tiene una carrera contra el reloj para aumentar sus niveles de aprobación, de cara a una campaña para la reelección que pudiera ser muy dura.