Después de la hospitalización por coronavirus del presidente Donald Trump, la Casa Blanca ha sido cuestionada por la falta de coherencia y credibilidad de la información.
El Político
Y a falta un mes para las elecciones generales es justo el momento en el que más necesita la confianza de la población y los votantes.
La infección por coronavirus del mandatario, así como de varios aliados y colaboradores, ha afectado a los más altos niveles del gobierno estadounidense.
Según Telemundo, los ingredientes para que se diera la situación actual se han estado cocinando desde hace meses: los repetidos incumplimientos de Trump a las recomendaciones de su propio Gobierno para mantenerse a salvo, él mismo, durante la pandemia y su conocido desprecio por los hechos.
El resultado ha sido una profunda incertidumbre para los estadounidenses sobre qué y a quién creer cuando se trata de la salud del jefe de Estado, en un momento crucial en la historia de Estados Unidos.
Para cualquier presidente, la credibilidad durante una crisis es primordial: la capacidad de unir a los estadounidenses de distintas corrientes políticas en torno a una idea durante los momentos de crisis.
Para un presidente a punto de enfrentar unas elecciones, especialmente en un año tan accidentado como 2020, eso podría marcar la diferencia entre gobernar uno o dos mandatos.
Trump encuentra una nueva Casa Blanca
Trump puede estar ansiosamente buscando volver a la normalidad después de tres noches en el hospital.
Pero la Casa Blanca a la que llegó el lunes con una floritura dramática e imprudente ha cambiado drásticamente desde que fue trasladado por aire desde el jardín sur a fines de la semana pasada.
En lugar de un hervidero de actividad preelectoral, el ala oeste se ha convertido en un caldo de cultivo para el contagio viral, reportó CNN.
Al menos 11 de los ayudantes o aliados del presidente han contraído el virus o, en el caso de su hija Ivanka, están trabajando desde casa. Suites enteras de oficinas están vacías mientras los ayudantes de Trump trabajan para aislarlo en la residencia y fuera del ala oeste.
Se estaba instalando una nueva aura de desconfianza cuando varios asistentes plantearon preguntas sobre si habían sido puestos en peligro imprudentemente durante la última semana.
Las acusaciones de mala gestión, dirigidas principalmente contra el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, han surgido en medio de una de las crisis presidenciales más graves en una generación.
La ausencia de esfuerzos sólidos de rastreo de contactos generó inquietudes a medida que se cuestionaban las normas sobre las pruebas y el uso de máscaras.
"Regresaremos. Regresaremos al trabajo. Estaremos al frente", dijo Trump en un mensaje grabado en video a su regreso. "Como su líder, tenía que hacer eso. Sabía que había peligro, pero tenía que hacerlo".
Aunque cuatro horas antes sus médicos admitieron que aún no estaba "fuera de peligro" en su lucha contra el Covid-19, Trump enmarcó la enfermedad como en el pasado: "¿Ahora estoy mejor y tal vez soy inmune? No lo sé. Pero no dejes que domine tus vidas".