Este martes, dos bombarderos supersónicos de Estados Unidos sobrevolaron Corea del Sur en una demostración de fuerza y como una señal de clara advertencia al régimen norcoreano tras la prueba nuclear que realizó el pasado fin de semana y que causó un seísmo de 5,3 grados. El gesto también pretende calmar la tensión en el Sur, que confía en EE UU como “paraguas nuclear” disuasorio ante la amenaza de Corea del Norte.
Maryann H. León / El Político
Los dos bombarderos estratégicos B-1B Lancer realizaron un vuelo a baja altura flanqueados por aviones de combate F-15K surcoreanos y F-16 estadounidenses. La operación tuvo lugar cerca de la base de Osan, a unos 50 kilómetros al sur de Seúl, según han informado las Fuerzas de EE UU en Corea del Sur (USFK) en un comunicado.
“La demostración es solo un ejemplo de las distintas capacidades militares y los amplios recursos de esta sólida alianza para reforzar y ampliar aún más la disuasión”, declaró en la nota el general Vincent Brooks, comandante de las USFK. Brooks añade que Washington y Seúl están tomando medidas “diarias” para responder “al continuado comportamiento agresivo de Corea del Norte” y que los dos miembros de la alianza están “preparados para responder a sus obligaciones mutuas frente a las amenazas a la seguridad de la Península de Corea y la región”.
El general añade que la prueba nuclear llevada a cabo por Corea del Norte el pasado viernes "supone una peligrosa escalada (armamentística) y plantea una amenaza inaceptable", y remarcó el "compromiso inquebrantable de EE UU de defender a sus aliados en la región". Los bombarderos supersónicos empleados en la operación de este martes fueron traídos expresamente desde la base estadounidense de Guam en el Pacífico
El vuelo de los bombarderos estadounidenses sobre Corea del Sur es un gesto inusual provocado por la prueba nuclear que realizó el régimen norcoreano la semana pasada, y puede suscitar nuevas amenazas desde Pyongyang. La prueba del día 10 de septiembre fue la quinta y más potente hasta el momento, y ha generado gran preocupación porque sirvió -según Corea del Norte- para presuntamente poner a prueba "con éxito" la miniaturización de cabezas nucleares equipables sobre los misiles de su nutrido arsenal.
La agencia de noticias norcoreana KCNA afirmó horas después de la operación que el enfado “ha explotado como un volcán” en el país y que “cualquier sanción, presión o provocación no acabará con nuestro estatus de nación nuclear y que las provocaciones políticas y militares endiabladas derivarán en una cadena de ataques nucleares que traerán la destrucción final”, informa Reuters.
El enviado especial estadounidense a Corea del Sur, Sung Kim, añadió este martes que la intención de EE UU sigue siendo lograr un compromiso del régimen norcoreano de Kim Jong-un para poner fin a su búsqueda del armamento nuclear.
“Nuestra intención es lograr la resolución más fuerte posible [del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas] y que incluya la imposición de nuevas sanciones cuanto antes”, declaró Kim. El enviado añadió que EE UU trabajará junto a China, el mayor aliado de Corea del Norte para afianzar las sanciones vigentes.
El último ensayo atómico de Pyongyang generó una fuerte condena en la comunidad internacional, y se espera que el Consejo de Seguridad la ONU responda a la iniciativa de EE UU e imponga nuevas sanciones al régimen de Kim, que ya sufre una fuerte restricción en sus actividades comerciales por una resolución aprobada en marzo. EE UU mantiene desde la Guerra de Corea (1950-53) una alianza militar con Corea del Sur por la cual se compromete a defender a su aliado en un hipotético conflicto con Corea del Norte.
Con información de El País