La arremetida de Nicolás Maduro contra el parlamento venezolano, privación de la inmunidad de sus diputados, encarcelamiento del vicepresidente y persecución endiablada contra sus dirigentes que los ha llevado a pedir protección en distintas embajadas, muestra que la oposición del país caribeño poco tiene que esperar de una acción de los Estados Unidos, demasiado ocupado en sus conversaciones con Rusia.
Apolinar Martínez/El Político
“Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”, la expresión atribuida al dictador Porfirio Díaz, y que siempre ha sido empleada para mostrar la indiferencia de la potencia norteña ante los problemas latinoamericanos, (siempre pendiente de sus relaciones con Rusia, China o Europa), cobra vigencia con el cuadro general que en que se encuentra Venezuela, en el que un gobierno sin rumbos, incapaz de frenar la crisis económica cada día creciente, se apoya exclusivamente en una parte del ejército para intentar liquidar toda acción opositora.
Estados Unidos habla y habla
Escuchar a los principales dirigentes norteamericanos, incluido al presidente Donald Trump, al vicepresidente Mike Pompeo o al Secretario de Defensa Bolto, o al jefe del Comando Sur, Craig Faller, es como para imaginar que una acción en Venezuela es cosa de minutos.
Posiblemente esa actitud había entusiasmado a Juan Guaidó a promover acciones “para acabar con el usurpador Maduro”.
Pero todo esto parece derrumbarse y el futuro para los venezolanos es de gran incertidumbre,
¿Se acuerda Trump con Putín?
Debería recordarse que cuando la situación venezolana estaba en un punto álgido, se produjo una conversación telefónica de una hora, entre los presidente Trump y Putin de la cual expresó el mandatario americano: “Los rusos no tiene intención de entrar en Venezuela”. Indudablemente había sido convencido.
Ahora Pompeo está en Rusia e inicia nuevas conversaciones que seguramente producirán nuevos acuerdos entre los dos gigantes.
Pobre Venezuela, ¡qué lejos te encuentras!