Este miércoles 7 de octubre se dará el primer y único debate vicepresidencial pautado antes de las elecciones de los Estados Unidos. Por el lado republicano estará Mike Pence, mientras que por los demócratas, la Senadora por el estado de California, Kamala Harris.
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A raíz de una serie de cambios motivado al positivo por COVID-19 que arrojó el presidente de la nación Donald Trump y actual candidato a la reelección, se tomaran ciertas medidas de más seguridad para los debates que restan por venir.
Por ejemplo en el caso de los candidatos a vicepresidente, tendrá que ser a casi 4 metros de distancia.
Entrando ya en materia de análisis del debate y como destaca una nota de NBC News, ningún vicepresidente ha debatido mientras se sabe que el presidente está enfermo y posiblemente todavía en el hospital. Y nunca han debatido dos candidatos a vicepresidente en un momento en que los estadounidenses están pensando mucho más que superficialmente en cómo cada uno podría liderar en el puesto más alto.
"Los debates vicepresidenciales a menudo reciben mucha atención en este momento, y luego, unos días después, se olvidan", dijo al medio de comunicación antes mencionado el historiador presidencial Michael Beschloss. "Pero este año puede ser diferente".
La atención sobre el debate en Salt Lake City ya se había intensificado después de la caótica demostración del presidente Donald Trump y el exvicepresidente Joe Biden la semana pasada en su debate inicial y mientras el país lidia con una pandemia global y una economía en crisis.
Los aliados del presidente, en particular, esperaban que Pence compensara esos 27 días antes de las elecciones.
"Necesita ofrecer una actuación muy sólida y necesita encontrar la manera de ganar", dijo un aliado.
En las semanas previas a que Trump dio positivo por el coronavirus y fue hospitalizado, Pence y Harris habían pasado horas preparándose para su debate: estudiando detenidamente los libros de información sobre políticas, estudiando las respuestas a los ataques anticipados y celebrando largas sesiones simuladas.
Ambos pasaron un tiempo durante el fin de semana preparándose para el debate del miércoles, que aún estaba programado para realizarse en persona. Harris estuvo en Salt Lake City el viernes, mientras que se espera que Pence, que estaba en Washington, viaje a Utah el lunes.
Los asesores de Pence y Harris dijeron que la salud del presidente no altera significativamente sus enfoques muy preparados para el debate, pero que los ha obligado a repensar su tono.
Para Harris, eso significa criticar el manejo de la pandemia por parte de Trump de una manera sensible a su batalla contra el virus.
Y Pence ahora entra en el debate teniendo que defender la repetida minimización de la pandemia por parte de Trump, mientras que el presidente y un número creciente de otros republicanos están enfermos después de haber seguido el ejemplo de la Casa Blanca.
Fuente: NBC News
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