Las sanciones a Petróleos de Venezuela (PDVSA) no buscan derrocar al régimen de Nicolás Maduro. Esto contrasta con lo que ha vociferado hasta la saciedad la prensa chavista internacional.
El Político
Se trata de una medida preventiva destinada a tratar de evitar que los activos y la influencia de esa organización contaminen la economía de EEUU y la mundial.
La otrora importante empresa petrolera fue convertida por Hugo Chávez, primero, y luego Nicolás Maduro en un gran vehículo para la corrupción transnacional.
Es de hacer notar que miles de millones de dólares pertenecientes a PDVSA, y por tanto al erario público venezolano, están distribuidos por todo el mundo.
Los poseedores de ese dinero no pueden justificar su tenencia y varias investigaciones al respecto existen en EEUU y Europa. En esos lugares los funcionarios de Chávez y Maduro se refugiaron para esconder su repentina riqueza.
En ese sentido, el régimen chavista convirtió a PDVSA en una empresa aliada del terrorismo internacional. El régimen de Maduro, internacionalmente despreciado, se une con el otro paria mundial, Irán.
La cooperación y los beneficios son mutuos. Ahora, a EEUU le preocupa la relación que el chavismo ha establecido con el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), una organización terrorista.
La administración del presidente Biden se ha propuesto romper los negocios de Maduro con Teherán.
La tiranía terrorista iraní debe dejar de cooperar con la dictadura chavista.
.@RFJ_Espanol: #CGRI está vendiendo petróleo a #Venezuela para sus actividades terroristas. RPJ ofrece recompensa de hasta $15 millones por información sobre este mecanismo financiero del #CGRI
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— Embajador James “Jimmy” Story (@usembassyve) February 1, 2021
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