En las últimas semanas ha aumentado la tensión entre Rusia y Ucrania. La movilización de tropas rusas a la zona fronteriza ha generado alarmas tanto en Europa como en Estados Unidos, así como en el seno de la OTAN. Tras un conflicto que inició en 2013, la amenaza se extiende y ahora Rusia busca que se acepte la invasión a Crimea, la anexión y el control sobre Ucrania.
El Político
El conflicto inició en 2013, cuando Ucrania buscaba unirse a la OTAN y a la Unión Europea; pero este país es "estratégicamente crítico" para Rusia, según explica Infobae. Para el Kremlin, es necesario para su defensa mantener el control de ese país, y ante el cambio de estrategia geopolítica del Kiev se registró la invasión a Crimea en 2014; con ello, se fomentó por parte de Rusia movimientos independentistas en Donetsk y Luhansk.
En abril de 2014, las tropas rusas entraron en territorio ucraniano para dar apoyo a los separatistas y se enfrentaron a las tropas del ejército de Kiev. Se proclamaron las repúblicas Donetsk y Lugansk y Moscú se apuró en darles pasaporte a todos los habitantes para convertirlos en rusos. Desde entonces suceden los incidentes militares. Solo en la última semana, murieron cuatro soldados ucranianos. Se trata de un conflicto que hasta ahora acumula 14.000 muertos.
Tras estos hechos, Ucrania no se integró ni a la Unión Europea ni a la OTAN, pero Rusia obtuvo sanciones de Occidente en materia de energía, defensa y finanzas. Con las nuevas acciones, Moscú busca deshacerse de esas medidas y para ello aumenta la presencia militar en las zonas del conflicto; con ello, amenaza a Europa y Estados Unidos.
Para lograr que sea aceptada la anexión, Rusia busca que las dos regiones separatistas realicen elecciones locales y se gobiernen a sí mismas, sin separarse completamente de Ucrania. La idea de Moscú es que ambas zonas sean semiindependientes; de esa forma, puede usarlos para influir sobre los acontecimientos políticos de Ucrania, entre ellos, cualquier movimiento de adhesión a la OTAN. El objetivo final el estatus se consagre en la constitución ucraniana.
Apoyo de Estados Unidos y la OTAN
La dirigencia política de Ucrania parece estar dispuesta a impedir que Moscú convierta a su país en "un títere". Durante la presidencia de Donald Trump, Ucrania solo logró un leve apoyo de Estados Unidos que permitió a Putin continuar su ocupación y ofensiva político-militar.
Con la llegada de Joe Biden, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, comenzó a realizar gestiones para que la nueva administración se involucre más directamente en el conflicto. La idea era que dibujara una línea roja a Rusia para que no siguiera avanzando; sin embargo, Biden parece centrar más su atención en los enfrentamientos con Irán y Norcorea.
Resulta probable que Rusia aprovechara la debilidad actual de Estados Unidos para concentrar tropas en la frontera ucraniana; a la espera de que la presión dirija a los dirigentes ucranianos a una negociación para solucionar políticamente el conflicto, incluso sin el retiro de tropas.
La OTAN, por su parte, tampoco parece dispuesta a intervenir mientras el conflicto se mantenga en los niveles actuales. La alianza militar ni siquiera escuchó la petición de Zelenski de crear una hoja de ruta que lleve a Ucrania a incorporarse a la alianza en un tiempo prudencial.
Europa a la expectativa
Rusia ya acumula 80.000 soldados en la zona fronteriza como parte de un despliegue que incluye tanques y itras artillerías, sistemas de misiles balísticos de corto alcance y el fortalecimiento de la flota en el Mar Negro, según las estimaciones de la compañía de inteligencia militar Jane’s citadas por Infobae.
Miles de soldados se encuentran a pocos kilómetros de la región del Donbás, donde también llegaron jóvenes cadetes que realizan el servicio militar obligatorio.
Turquía ahora también está en medio. Como país miembro de la OTAN, aunque se ha acercado al gobierno ruso no reconoce la anexión de Crimea; asimismo, vendió material militar a Kiev. Ante la posibilidad de que Ucrania consiguiera más armamanto turco, la cancillería rusa emitió un comunicado pidiendo a “todos los países responsables” que “no alimenten los sentimientos militaristas” de Kiev.
Ya Turquía intervino en el conflicto de Nagorno Karabaj, donde apoyó a Azerbaiyán mientras Moscú hacía lo propio con Armenia. Con esto los turcos ganaron influencia en el Cáucaso y muchos en Ankara están entusiasmados con la idea de volver a enfrentar los intereses rusos en Donbás. De esa manera, podría involucrarse en el conflicto ruso-ucraniano un miembro de la OTAN; y obligar a Europa y Estados Unidos a tomar una decisión mucho más firme frente a Rusia.