Un antiguo abogado personal de Donald Trump presenta este martes un libro de memorias titulado "Desleal: unas memorias".
El Político
En el libro Michael Cohen asegura que está preparado para desenmascarar al mandatario y afirma que es un "testigo estrella" un eventual caso que podría llevar a la cárcel a Trump cuando deje la presidencia.
Según Univision, Cohen se autodescribe como el "arreglador" (fixer) de problemas de Trump, mientras describe al presidente como "una persona interesada en utilizar la presidencia exclusivamente para su beneficio económico personal", además de ser un "tramposo", "mentiroso", "fraude", "matón", "racista", "depredador" y "estafador".
Cohen describió su libro como una "prueba fundamental" de la responsabilidad de Trump en los cargos que pesan contra él y por los que está cumpliendo una sentencia de tres años de prisión.
Las acusaciones de Cohen contra su exjefe son las más detalladas hasta la fecha, con respecto a varios libros que se han publicado recientemente y que acusan al presidente de diferentes conductas, delitos o problemas de personalidad.
Pero a pesar de que Cohen hace referencia a Trump como un "capo del crimen organizado" y "maestro manipulador", también admite que durante mucho tiempo lo vio como una figura paterna y que ve mucho de sí mismo en él.
"Me preocupo por Donald Trump, incluso hasta el día de hoy… le tenía, y todavía le tengo mucho afecto", escribe Cohen en su libro.
Desprecio a los latinos
Cohen cuenta como los tres hijos de Trump fueron a verle tras la campaña racista que hizo el entonces candidato en 2015. Le pidieron al abogado que interfiriera y le pidiera a su padre que abandonara la carrera, para evitar el daño que su retórica racista le estaba causando a la empresa.
El entonces magnate lanzó su candidatura desde el lobby de la Torre Trump en Nueva York en julio de 2015 asegurando que los mexicanos eran “violadores” y “criminales” y prometiendo construir un muro con México para evitar la inmigración indocumentada.
Según la versión de Cohen, Trump no se inmutó ni le preocupaba el daño que su conducta pudiera causar a los negocios familiares. “Además, nunca obtendré el voto hispano”, dijo Trump, de acuerdo con el libro. “Como los negros, son demasiado estúpidos para votar por Trump. No son mi gente".
Campaña como negocio
De acuerdo con el relato de Cohen, el acercamiento de Trump a Putin empezó como una manera de garantizarse acceso a los oligarcas rusos para hacer negocios después de las elección, que estimaba que perdería, según se dice en el libro del exabogado y otros que se han escrito sobre la presidencia del magnate inmobiliario.
Cohen asegura que su jefe se percató pronto de que podía usar el rechazo del presidente ruso hacia la exsecretaria de Estado y su rival Hillary Clinton para sacar provecho electoral, aunque no indica que haya habido una “coordinación” más que una “comunión de intereses” en dañar a la demócrata lo más posible.
Al final, el mayor interés del hoy presidente en Rusia era el proyecto de construir una Torre Trump de 120 pisos en la Plaza Roja que estaría destinada a oligarcas rusos y cuyo último piso sería un condominio diseñado especialmente para Putin.
“Toda la idea de patriotismo y traición se hizo irrelevante en su mente. Trump estaba usando la campaña para hacer dinero para él mismo; por supuesto que lo estaba haciendo”, escribe Cohen.
Trump siempre dijo que no tenía negocios en Rusia, pero en 2015, siendo ya su jefe candidato, Cohen estaba trabajando para tratar de concretar el proyecto en Moscú, como reconoció ante la fiscalía especial de Robert Mueller que investigaba el llamado ‘Rusiagate’.
El plan no se realizó porque los hijos de Trump no confiaban en el socio ruso del proyecto.