Agentes federales han arrestado a seis personas acusadas de planear con un grupo local el secuestro de la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer.
El Político
Los sospechosos, según un comunicado del FBI, actuaban motivados por creencias libertarias y la convicción de que los Gobiernos, incluido el de Michigan, violan la Constitución.
Los seis detenidos, cinco residentes en Michigan y uno en Delaware, realizaron entrenamientos con armas de fuego y explosivos, y llevaban meses vigilando los movimientos de Whitmer. Se les acusa de conspiración para cometer secuestro, delito que puede acarrear cadena perpetua.
Querían llevar a cabo la acción, según el FBI, antes de las elecciones. Y planeaban comprar explosivos esta misma semana. Algunos de los detenidos, siempre según los agentes federales, celebraron reuniones con decenas de personas para debatir la creación de una sociedad “que acatara solo la Carta de Derechos de Estados Unidos de 1791” y en la que pudieran ser “autosuficientes”, reportó El Confidencial.
En una de esas reuniones se habló de la necesidad de contar con más medios personales, según el FBI, y uno de los miembros del grupo contactó con un grupo local en el que los federales tenían ya un informante.
El FBI pudo conocer los movimientos y motivaciones del grupo gracias a la intercepción de mensajes encriptados y la infiltración de agentes encubiertos en el grupo. Los planes del grupo eran violentos y ambiciosos. Se habló, por ejemplo, de la necesidad de contar con “200 hombres” para atacar el Capitolio de Lansing, que alberga el poder ejecutivo de Michigan, y tomar rehenes, entre ellos a Whitmer, a quien juzgarían por “traición”.
También barajaron, según el FBI, “irrumpir a tiros” en la residencia vacacional de la gobernadora o tratar de secuestrarla a las afueras de la casa.
Whitmer, de 49 años, se ha convertido en una figura emergente en el Partido Demócrata, hasta el punto de que fue la elegida para dar la réplica al presidente en el discurso del Estado de la Unión. Su notoriedad se debe, en parte, a su gestión de la pandemia del coronavirus, que la ha llevado a enfrentarse reiteradamente con Donald Trump.
El presidente ha sido muy crítico con las medidas restrictivas impuestas por el Gobierno de Whitmer para contener la propagación del virus. “¡Liberad Michigan!”, tuiteó Trump en abril.
Sus medidas estrictas para contener la pandemia, de la que se han constatado 145.000 casos en el Estado, ha puesto a Whitmer en el punto de mira de extremistas de derechas. Miles de personas protestaron en primavera contra las medidas y, en mayo, un grupo de manifestantes armados irrumpió en el capitolio de Michigan para exigir el levantamiento de las medidas de confinamiento por el coronavirus.