El Índice de Precios del Gasto de Consumo Personal (PCE)), que mide la variación de los costos de bienes y servicios que adquieren los consumidores, subió un 6,8% en junio respecto al mismo período del año anterior, según los datos que publicó la Oficina de Análisis Económico.
El Político
Eso supera el récord anterior de 6,6% que se registró marzo de este año y también marcó un máximo en cuatro décadas.
La cifra de junio se ubica apenas por debajo de la tasa interanual del 6,9% que se vivió en enero de 1982, cuando la inflación se desaceleraba desde uno de sus niveles más altos en la historia de EE.UU.
Antes de junio, el Índice de Precios del Gasto de Consumo Personal se mantuvo estable en 6,3% tanto en mayo como en abril.
Sin embargo, en junio los precios de la gasolina alcanzaron niveles récord, lo que impulsó otra medida clave de la inflación, el índice de precios al consumidor, a un máximo de casi 41 años.
Los precios de la energía han bajado desde entonces.
Excluyendo la volatilidad en los precios de los alimentos y de la energía, el PCE subyacente, el índice de inflación que la Reserva Federal mira de cerca, aumentó un 4,8% respecto al año anterior.
Lo que está ligeramente por encima de mayo, pero por debajo de un máximo de 5,3% en febrero.
El incremento de los costos de la energía ayudó a impulsar el índice de precios al consumidor, otro indicador clave de la inflación, a un máximo de casi 41 años en junio, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales que se publicaron a principios de este mes.
Golpe a los ingresos
Los datos mostraron que los ingresos de los estadounidenses crecieron un 0,6% mes a mes, mientras ingresos disponibles aumentaron un 0,7% y los gastos se incrementaron un 1,1%.
Sin embargo, si se tiene en cuenta la inflación, el gasto de los consumidores aumentó solo un 0,1% y los ingresos disponibles cayeron un 0,3% mes a mes.