Un grupo de once inmigrantes del sur de la Florida inició el lunes un ayuno para suplicar a las autoridades del condado de Miami Dade que los protejan y eviten las deportaciones y separaciones de familias de extranjeros que viven ilegalmente en el país.
"Tengo miedo de que me quiten a mis padres", expresó Juan Carlos Carabantes —un inmigrante de 22 años que llegó ilegalmente desde México cuando tenía cuatro años— poco antes de comenzar el ayuno. "Le pido al alcalde que nos entienda a los inmigrantes, que tenemos miedo. Estamos aterrorizados, que tenga compasión y nos proteja", dijo el joven, cuyos dos padres viven en el país sin autorización.
Con el ayuno, los inmigrantes esperan que el alcalde Carlos Giménez y los legisladores locales reconsideren la decisión de apoyar los decretos de inmigración del presidente Donald Trump y colaborar con las autoridades nacionales. La medida comenzó tras un fin de semana en el que fueron detenidos cientos de inmigrantes en diferentes ciudades de Estados Unidos.
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A finales de enero, Giménez ordenó que las cárceles locales cumplan con la solicitud del gobierno nacional de notificarle cada vez que detengan a un inmigrante con un pedido de captura o que aparezca en una lista suministrada por Washington, una decisión que coloca a Miami en el polo opuesto de las llamadas ciudades santuario, como Nueva York, Los Ángeles y Boston.
El ayuno de los inmigrantes se extenderá hasta el viernes, cuando los legisladores locales se reunirán para analizar la orden de Giménez, dijo Jeanette Smith, directora del grupo South Florida Interfaith Worker Justice, quien anunció la medida de los inmigrantes en la Iglesia Episcopal Saint Stephen*s del vecindario de Coconut Grove. "Están haciendo un ayuno contra una injusticia, con la esperanza de que haya cambios", expresó Smith.
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Pero el portavoz del alcalde, Mike Hernández reiteró a la The Associated Press que Giménez "no va a poner en riesgo cientos de millones de dólares de fondos federales por declarar a Miami-Dade una comunidad santuario".
La política del condado "es cooperar con el gobierno federal en temas de inmigración", dijo Hernández.
Con información de El Nuevo Herald









