Un vuelco en el proceso del juicio político contra el Presidente Donald Trump se dio la noche del domingo con una revelación de The New York Times. El diario estadounidense informó que Trump le dijo a su exconsejero de Seguridad Nacional, John Bolton, en agosto de 2019, que quería congelar la entrega de US$ 391 millones en ayudas militares a Ucrania hasta lograr que ese país abriera investigaciones contra los demócratas, incluido el exvicepresidente Joe Biden y su hijo Hunter.
El Político
La “bomba” -como la califican los medios estadounidenses- fue escrita por el propio Bolton en su libro The Room Where It Happened, que se publicará el próximo 17 de marzo. Un borrador del texto fue enviado por Bolton a sus socios cercanos y también a la Casa Blanca para un proceso de revisión estándar obligatorio para algunos funcionarios y exmiembros de la administración que escriben libros. Washington podría retrasar la publicación del libro, omitir párrafos clave, o incluso cancelarla.
Lo descrito por Bolton en su libro, que fue confirmado por otros medios como CNN y The Washington Post, podría debilitar el argumento clave de la defensa de Trump en el impeachment: que no hubo un “quid pro quo” (algo por algo), o sea, que ofreciera ayuda a cambio de investigar a Biden.
En sus argumentos iniciales el sábado, los abogados del Presidente afirmaron que Trump tenía preocupaciones legítimas sobre la corrupción en Ucrania y si otros países estaban ofreciendo suficiente ayuda para su guerra contra los separatistas respaldados por Rusia, y que eso explicaba su renuencia a liberar la ayuda militar. También sostuvieron que los demócratas no tenían evidencia directa del quid pro quo. Sin embargo, ayer, en el segundo día de argumentos de la defensa del Mandatario, el panorama había cambiado radicalmente con las revelaciones de Bolton. Específicamente, aquello podría significar que el exasesor participe en el juicio como testigo, un hecho que los republicanos -que controlan el Senado- rechazaban. Además, Bolton aclaró que estaría dispuesto a testificar si es que era citado, pese a que la Casa Blanca le ordenó a él y a otros funcionarios clave que no cooperen con la investigación de juicio político.
El senador republicano Mitt Romney dijo ayer que ha tenido conversaciones con sus colegas republicanos y que es “cada vez más probable” que otros se unan a su actual impulso para que Bolton testifique en el juicio político del Presidente. Los demócratas necesitan cuatro votos de los republicanos para asegurar las citaciones de nuevos testigos. “Creo que con la historia que salió ayer (domingo), es cada vez más evidente que sería importante saber de John Bolton”, dijo Romney.
El Jefe de Estado, en tanto, negó las acusaciones reveladas por Bolton y declaró en Twitter que “nunca le dije a John Bolton que la ayuda a Ucrania estaba vinculada a las investigaciones contra los demócratas, incluidos los Biden”.
Otras de las cuestiones mencionadas en el libro que podrían ser parte del relato de Bolton como testigo, se refieren a que el secretario de Estado, Mike Pompeo, reconoció en privado que las afirmaciones de corrupción del abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, sobre la entonces embajadora de EE.UU. en Ucrania, Marie Yovanovitch, no tenían fundamento. Pompeo le sugirió a Bolton que Giuliani podría haber querido expulsar a la exembajadora actuando en favor de sus clientes comerciales.
Ayer, el equipo legal del Presidente afirmó frente a los senadores que Ucrania no sabía que se estaba reteniendo ayuda militar en el momento de la llamada telefónica que Trump sostuvo con su par de Ucrania, Volodymyr Zelensky, el 25 de julio, lo que implica que efectivamente no podría haber quid pro quo entre las partes.
Se espera que para hoy, tras el tercer día de argumentos por parte de la defensa de Trump, haya 16 horas de preguntas de los senadores y luego cuatro horas de debate sobre si citar testigos y documentos. Después del debate, la Cámara Alta votará. Si la moción obtiene 51 votos, entonces el Senado determinaría a quién citar. John Bolton podría ser uno de esos convocados.
Fuente: The New York Times