Si hay un hombre que ha empleado su fortuna para moldear países, sociedades y culturas, ese es George Soros.
El Político
A través de su Open Society Foundation (OSF), el filántropo ha impulsado asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales, movimientos e, incluso, gobiernos de corte progresista.
El modus operandi es sencillo: buena parte del capital de la familia Soros va a la OSF y, a partir de allí, se decanta hacia las causas liberales.
Muchos se han preguntado cuánto de ese dinero, que teóricamente es para obras sin fines de lucro, ha ido a parar a campañas gubernamentales de izquierda.
La OSF de Soros tiene presencia en América, pero también en el viejo continente. Allí, ha financiado a grupos, ONG y medios que se identifican con las ideas revisionistas y anti – establishment.
El objetivo, según parece, es el de apalancar una nueva élite, mientras se deconstruye o elimina la que ya existe.
Nuevos espacios de influencia
De acuerdo con lo destacado por Thomas Fazi, columnista del portal Unherd.com, la Open Society Foundation se moviliza hacia nuevos espacios de influencia.
Fazi sustenta su afirmación en las declaraciones de Alexander Soros. El joven de 37 años, hijo del magnate húngaro, recibió el testigo de las manos de su padre.
Al convertirse en la nueva cabeza de la OSF, Alexander anunció un reenfoque de las prioridades.
Bajo el liderazgo de Soros (hijo), la OSF pretende reducir su presencia dentro del territorio de la Unión Europea que es, en buena medida, el territorio de Europa Occidental.
Bajo la apariencia de un “cambio radical de dirección estratégica”, la fundación ha empezado a moverse hacia los Balcanes.
Según Thomas Fazi, una de las naciones que recibe más apoyo de parte de la Open Society Foundation es Ucrania.
El país, otrora República Soviética Socialista, es hoy un hervidero, a raíz de la invasión militar que ha perpetrado Rusia.
Antes de que estallara la guerra, sin embargo, Ucrania ya recibía fondos de la OSF. De hecho, se estima que lleva haciéndolo por lo menos una década.
El objetivo de Soros padre (y, ahora, el de su hijo) es el de occidentalizar el país tanto como sea posible.
Mientras la OSF se mueve hacia el este de Europa, también busca afianzar su presencia en Estados Unidos.
La idea es, a decir de Thomas Fazi, la de evitar una nueva victoria de Donald Trump en los comicios presidenciales de 2024.
El porqué del “cambio de dirección”
Luego de poner la lupa sobre el “cambio de dirección estratégica” de la Open Society Foundation, Thomas Fazi hipotetiza sobre las posibles causas.
En tal sentido, el columnista menciona que la búsqueda de nuevas zonas de influencia, por parte de la OSF, puede obedecer a la satisfacción del deber cumplido o, en su defecto, a un estrepitoso fracaso.
Si se toma por cierta la primera opción, se concluye que, a sus 93 años de edad, George Soros logró los cometidos planteados para la Europa Occidental.
Con ese logro en el bolsillo, su hijo Alexander tendría que completar la tarea que, por cuestiones de longevidad, no pudo acometer su padre, al este del viejo continente.
Sin embargo, si se piensa en la posibilidad de un fracaso, habría que admitir que, al no lograr instaurar una ideología liberal – progresista al oeste de Europa, la OSF ha optado por moverse rápidamente hacia espacios en los que sí pueda alcanzar tal cometido.
Ello explicaría que, ahora, su interés esté centrado muy al este, en los Balcanes, y muy al oeste, del otro lado del Océano Atlántico.