Luego de meses de especulaciones al respecto, finalmente el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo el anuncio formal: buscará un segundo mandato. Aunque es una tradición de la política norteamericana que todo mandatario aspire a un segundo mandato, no estaba claro que el actual lo haría, por varias razones.
Alejandro Armas/El Político
Para empezar, en su propio partido (del cual, como Presidente, es un jefe informal) no había mucho entusiasmo con la idea. La edad avanzada de Biden (80) siempre fue un factor disuasor. También su relativa impopularidad. Pudieron debido a ello surgirle rivales por la candidatura demócrata. Pero no ha sido así, apartando a dos aspirantes sin posibilidad significativa de vencerlo. Ahora, con su anuncio de esta semana, es menos probable aún que aparezcan retadores. El partido se ha amalgamado en torno al jefe de Estado.
¿Cómo pudo Biden superar el escepticismo? ¿Qué desafíos le esperan a Biden en su contienda por la reelección? Veamos.
Mal, pero… ¿Mejorando?
A mediados de 2022, las cosas lucían bastante negativas para Biden. Llevaba alrededor de un año con sus niveles de aprobación por el subsuelo. La economía seguía sufriendo las secuelas de la pandemia de covid-19. La inflación tenía la inmensa mayoría de los estadounidenses preocupados y descontentos. Por ello, se auguraba que la oposición republicana tendría una victoria aplastante en las elecciones parlamentarias de ese año.
No ocurrió. Los republicanos solo ganaron el control de Cámara de Representantes por un margen muy estrecho, mientras que los demócratas retuvieron el Senado y hasta ganaron un escaño ahí. Este resultado ha creado la impresión de que, pese a que la mayoría de los votantes no aprueba la gestión de Biden, muchos ven al Partido Republicano, que se ha radicalizado considerablemente en años recientes, como una alternativa peor.
Nadie encarna más esa radicalización derechista que el expresidente Donald Trump, quien ya el año pasado anunció que también volverá a buscar la presidencia en 2024. Aunque al principio arrancó con fortaleza dudosa, recientemente se ha consolidado como favorito en las encuestas sobre las primarias republicanas.
Esto también pudo haber alentado la decisión de Biden. La apuesta de los demócratas es que si el Presidente ya derrotó a Trump una vez, lo hará de nuevo. Piensan que el extremismo de Trump y el recuerdo de su errática presidencia convencerán a suficientes independientes de que Biden es preferible. Cosa no tan segura si otro republicano fuera el candidato. Pero los rivales de Trump, al menos por ahora, se ven débiles.
Nada fácil
Pero Biden sigue teniendo un camino arduo para mantenerse en la Casa Blanca. Si bien sus niveles de aprobación han mejorado un poco, siguen siendo relativamente bajos, en torno a un poco más de 40%. Eso es menos que muchos de sus predecesores a estas alturas de sus respectivos mandatos. El panorama estadístico es en este momento mixto en cuanto al escenario de una revancha entre Biden y Trump. Algunos sondeos muestran al Presidente actual con una corta ventaja. Otros, lo inverso.
El desempeño de la economía seguirá siendo un factor decisivo en el año y medio que falta para las elecciones presidenciales. La inflación se ha venido contrayendo poco a poco, pero sigue habiendo riesgo de que los intentos por controlarla induzcan una recesión y así aumente el desempleo. Ni hablar del peligro de una crisis financiera global por la disputa, aún sin resolver, del techo de la deuda.
Otro asunto que inquieta al público en general, incluyendo a los votantes de su partido, es la vejez de Biden. Su capacidad física y mental para mantener las riendas del país seis años más. De ser reelecto y completar su segundo mandato, Biden tendrá para entonces 86 años. Ya es el mandatario más viejo en toda la historia de Estados Unidos. Sin embargo, esa cuestión probablemente se vería atemperada con Trump como rival, pues este también es de edad bastante avanzada: 76, hoy.
Por otro lado, en año y medio pueden pasar incontables cosas en política. Incluyendo que Trump sea desplazado por otro republicano, más joven, como el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Así que la reelección de Biden, aunque pudiera partir con peor pie, no es para nada una certeza.