Después de una agotadora travesía una parte de la caravana de migrantes, atravesando México, llegó a Tijuana en el límite fronterizo, vigilado por guardias estadounidenses. A pesar de las advertencias de parte del gobierno de EE.UU con detenciones, juicios y deportaciones en caso de ingresar ilegalmente.
El Político
En la ciudad más occidental de México, Playas de Tijuana, es donde el cerco fronterizo se adentra en el océano Pacífico. Decenas de migrantes, que huyen de la violencia y persecución de las pandillas, sobre la valla y al grito de “No somos criminales”, clamaban por asilo humanitario al presidente Donald Trump, lo reseñó el medio mexicano El Sol de Tijuana.
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“El asilo es un derecho” se leía en pancartas con las que decenas de activistas a ambos lados de la frontera manifestaban a favor de los migrantes.
Sin embargo, ante un marco poco esperanzador ante el recurso del asilo, con un ambiente de angustia, tristeza y desesperación sofocaba la garita internacional de San Ysidro, colapsando con la llegada de unos 300 migrantes demandando ese beneficio.
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Ante la información que solo 50 personas fueron autorizadas a seguir el trámite para el asilo, el cual los abogados de migración de las asociaciones civiles priorizaron a mujeres con bebés, niños y jóvenes, la desesperación y las lágrimas resbalaban por los rostros de los migrantes en el cruce fronterizo El Chaparral.
Por parte de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, reveló que han llegado a la capacidad total de casos por día en el puerto de entrada de San Ysidro y que los migrantes “deben esperar en México”.
Con información: El Universo
