México se ha ganado a lo largo de su historia una encomiable tradición de país de asilo reconocida internacionalmente.
El Político
Su papel, por ejemplo, como refugio de los republicanos que huían de los horrores de la Guerra Civil española y la dictadura franquista ha quedado grabado en la historia de las labores humanitarias.
Sin embargo, cuando el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ofreció asilo político al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, luego de que un tribunal británico fallase en contra de la extradición del periodista australiano a Estados Unidos, pocos pensaron en la tradición humanitaria de México.
Asilo juego de ajedrez
Jesús Gallegos, profesor de Política en la UNAM, dice a DW que "para AMLO Assange es un peón dentro del juego de ajedrez que tiene con Estados Unidos”.
En unas semanas, el presidente electo del vecino del Norte, Joe Biden, asumirá su cargo y su homólogo mexicano ya ha empezado a marcar posiciones en la relación bilateral.
"No creo que sea el caso central de la relación bilateral, pues hay otros temas que están más arriba en la agenda, como la migración o la energía; pero marca una posición que no facilita llegar a un entendimiento entre ambos Gobiernos”, explica en entrevista Günther Maihold, subdirector del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y Seguridad (SWP).
Fluida relación transaccional con Trump
El mandatario, que pese a todo el ruido inicial ha mantenido una fluida relación transaccional con Donald Trump en la Casa Blanca, ha dado en las últimas semanas señales de querer volver a una política exterior de principios.
El caso de Assange, coinciden los expertos consultados, se enmarca perfectamente en esta renovada lógica.
"Este tipo de acciones”, cree el profesor Gallegos, "marca un interés de independencia, de autonomía; AMLO busca posicionarse frente al país vecino”.
Algo a lo que, en su opinión, deberíamos acostumbrarnos, ya que considera que "el caso Assange se presenta como un pretexto de los muchos que va a haber en este 2021”.
¿Peligra la relación con Washington?
La pregunta es cuánto puede AMLO tensar la cuerda sin que se rompa, y acabe quizás llevándose un latigazo inesperado por el asilo.
"López Obrador está tratando de establecer cuáles son los límites de la relación bilateral que tiene con Estados Unidos, sobre todo teniendo en cuenta que su apuesta no fue por Biden”, opina Gallegos.
Estados Unidos es el principal socio comercial de México (y viceversa); una interdependencia económica que el presidente mexicano tendrá que manejar para evitar que cualquier jugada diplomática acabe perjudicando a un país al que la pandemia del nuevo coronavirus ya ha golpeado duramente.
"Una cortina de humo el asilo”
Lo que a nadie se le pasa por alto es que este 2021 se celebran elecciones federales en México. Es un año, además, en el que el presidente mexicano tendrá que hacer frente a una imagen muy deteriorada; entre otras cosas, por la crisis del COVID-19.
La "ocurrencia” de Assange, como la llama el profesor Gallegos; es a su juicio "una cortina de humo que le permite establecerse frente a este proceso electoral interno”.
Él prevé que AMLO busque en los próximos meses más cuestiones de política exterior con el mismo fin: "Todos estos temas le ofrecen un eclipsamiento frente a lo que es fundamental; que son los efectos de la pandemia de coronavirus en el país”.