Con la premisa de que el petróleo no es renovable, Arabia Saudí busca desarrollar una economía que no dependa exclusivamente de los hidrocarburos.
El Político
Por tal motivo, desde el año 2016, el Reino creó el todopoderoso Fondo de Inversiones Públicas (PIF, por sus siglas en inglés).
La oficina, que opera con capital procedente de la actividad petrolera, es la encarga de llevar buena parte de ese dinero más allá de las fronteras saudíes.
En tal sentido, el PIF tiene como misión hacer ingentes inversiones en sectores o empresas que resultan de interés para la nación mediorietal.
El fútbol – y el negocio que representa tal deporte – forman parte de esos ámbitos en los que Arabia Saudí desea colocar su capital.
No en vano, el país se ha convertido en accionista de equipos como el Newcastle United, una oncena que forma parte del balompié inglés.
El Reino del Desierto también ha invertido en empresas de videojuegos Electronic Arts o Activision Blizzard.
A través de su Fondo de Inversiones, la nación ha llegado a tener, incluso, presencia en el mercado estadounidense.
Meta, Microsoft y Starbucks son parte de las grandes compañías en las que Arabia Saudí ha comprado acciones.
Investigan negocios en Estados Unidos
Mediante las gestiones hechas por su Fondo de Inversiones Públicas, Mohammed bin Salman, príncipe heredero del Reino saudí persigue dos grandes objetivos.
Por un lado, se buscan romper la dependencia de Arabia Saudí de la actividad petrolera y gasífera.
Por otro, se pretende afianzar la influencia del país en mercados y empresas occidentales.
Esa última posibilidad es la que ha motivado una investigación del PIF por parte del Senado de Estados Unidos.
La pesquisa la comunicó el miércoles el demócrata Richard Blumenthal. Como presidente del Subcomité Permanente de Investigaciones, Blumenthal anunció que los representantes del Fondo han sido citados por su instancia.
“El uso, por parte de Arabia Saudí, de recursos extranjeros de fondos soberanos para intentar ganar influencia en Estados Unidos debería preocuparnos a todos”, indicó.
El legislador compartió la noticia de la investigación, en medio de una audiencia en la que sus colegas resaltaron la aparente participación del Reino saudí en los ataque terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Los senadores también pusieron el resaltador sobre la constante violación de derechos humanos por las autoridades de la nación medioriental.
En Arabia Saudí, las críticas a la monarquía suelen ser pagadas con cárcel o persecución.