Un nuevo grupo se opone a la ambiciosa propuesta de Biden de desligar la red eléctrica de los combustibles fósiles: los activistas ambientales. Ya esta propuesta ha sido rechazada por los republicanos en el Congreso y ahora este sector considera que no es lo suficientemente ambiciosa.
El Político
Si bien muchos importantes grupos de ecologistas aclamaron la propuesta de energía limpia realizada por Biden; una insistente coalición de grupos con un carácter más duro comenzaron a denunciar el plan como una medida mediocre. La postura de este sector, que abre un fisura en el movimiento ambiental, asegura que vendería la propuesta a las comunidades desfavorecidas; al tiempo que desperdiciaría una oportunidad única para atacar la crisis climática.
El pasado miércoles, más de 600 grupos enviaron una carta al Congreso en el que advierten que el proyecto promueve "falsas soluciones climáticas"; en referencia a centrales de gas natural, nucleares y de biomasa. Asimismo, indican que mantiene los esfuerzos por dejar abiertas las plantas contaminantes mediante la captura de su carbono, reseña Político.
A cambio, piden una norma de electricidad renovable más estricta, limitada a la energía eólica, solar y geotérmica; no sólo para acelerar el plazo para una red de cero emisiones de 2035 a 2030, sino para "evitar perpetuar las profundas injusticias raciales, sociales y ecológicas de nuestro actual sistema energético alimentado por combustibles fósiles".
Esta disputa estalla en un momento especialmente inoportuno para la acción climática. La norma de electricidad limpia ya era uno de los puntos más controvertidos del plan de infraestructuras de 2,5 billones de dólares de Biden. Sus partidarios temen que, en un Congreso estrechamente dividido, las divisiones dentro del movimiento verde puedan poner en peligro todo el plan, o al menos sus disposiciones relacionadas con el clima.
¿Qué argumentan ambos grupos?
Por un lado, los grupos disidentes dicen que ningún plan sería mejor que uno defectuoso que valora la viabilidad política por encima de la necesidad científica; además de que podría ayudar a apuntalar el gas natural.
En tanto, los partidarios consideran una locura política luchar contra un esfuerzo presidencial espectacular para imponer la energía limpia; mantienen la esperanza de que el Congreso exija un esquema utópico de sólo energías renovables para la red.
Los demócratas del Congreso aún no han convertido el Plan de Empleo Americano de Biden en lenguaje legislativo, por lo que la batalla actual se libra en gran medida sobre una hipotética norma de electricidad limpia.
La propuesta de Biden
El objetivo de Biden de reducir las emisiones del sector eléctrico en un 80% para 2030 requeriría probablemente la retirada de casi toda la flota de carbón y de la mitad de la flota de gas, y los científicos se muestran muy escépticos de que el objetivo de los disidentes de cero emisiones para 2030 sea siquiera posible.
La ecologización del sector eléctrico también es vital para el objetivo más amplio de Biden de reducir a la mitad todos los gases de efecto invernadero de Estados Unidos para el final de la década.
El Plan de Empleo Americano incluye una serie de créditos fiscales y otros estímulos financieros para promover la energía eólica, la solar, las baterías que pueden almacenar energía renovable cuando no hace viento o sol, y las líneas de transmisión para llevarla a los consumidores.
La pelea en el Senado
Las principales limitaciones políticas son el 50-50 en el Senado y la escasa mayoría demócrata en la Cámara de Representantes. Esto significa que el senador Joe Manchin (demócrata de Virginia), afín al carbón, o algunos demócratas de Texas afines al petróleo, podrían decidir echar por tierra el plan o el proyecto de ley de infraestructuras completo.
También hay un amplio apoyo político a la energía nuclear y a la captura de carbono, que son compatibles con una red de cero emisiones a pesar de otras preocupaciones ambientales. Y aunque muchos científicos creen que la quema de madera para producir electricidad puede ser incluso peor para el clima que la quema de carbón, la energía de la biomasa también cuenta con apoyo bipartidista en el Congreso.
Es posible que los demócratas no conserven sus mayorías después de las elecciones de mitad de mandato de 2022; por eso, no tendrán una excusa tan buena para gastar billones de dólares en la acción climática una vez que termine la pandemia. Por esa razón los partidarios del proyecto suelen dudar ante la idea de que la política para la acción climática podría mejorar con el tiempo.
Biden ya trazó un rumbo mucho más audaz en materia de clima de lo que los ecologistas habrían predicho. Se adhirió al acuerdo de París y firmó una orden ejecutiva por la que su administración se compromete a adoptar un "enfoque de todo el gobierno" para reducir las emisiones. Organizó una cumbre mundial sobre el clima, en la que anunció audaces objetivos nacionales en materia de gases de efecto invernadero; y contrató a un equipo de expertos y defensores del clima.
Los ecopuristas dicen que eso no es razón para confiar en el Presidente; es una razón para seguir presionándolo, porque está funcionando.
Fuente: Político