¿Iniciarán los demócratas un proceso de destitución contra el presidente de EEUU, Donald Trump, a raíz del nuevo escándalo que envuelve al mandatario republicano?. Esa era la pregunta que muchos se hacían en Washington este lunes, luego de que el propio Trump reconoció durante este fin de semana que sí discutió el caso del exvicepresidente y hoy candidato a la nominación del partido demócrata, Joe Biden, con el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, durante una conversión telefónica hace dos meses, reseñó El Tiempo.
El Político
Por las respuestas dadas de momento en las más altas esferas de este partido, todo indica que se trata de un escenario bastante probable, aunque mucho dependerá de cómo evolucione el caso en los próximos días, según reseña el reportero Sergio Gómez Maseri.
Es importante recordar que el escándalo se desató hace unos diez días cuando ‘The Washington Post’ publicó un artículo según el cual un empleado en la comunidad de inteligencia del país había radicado una queja formal ante el inspector general en la que revelaba el contenido de la conversación de un alto miembro de la administración con un líder de otro país en la que se discutieron temas "muy sensibles" y se habría hecho una promesa controvertida.
El funcionario hizo su queja a comienzos de agosto, amparado en la Ley para la Protección de los Informantes en la Comunidad de Inteligencia, que se aprobó en 1998, y establece un protocolo para denunciar una conducta inapropiada sin que ello afecte la carrera del denunciante.
Bajo ese protocolo, el inspector general debe determinar primero si se trata de una conducta grave, creíble, y urgente o una acusación sin mérito. Si decide lo primero, debe trasmitir la queja al Director Nacional de Inteligencia que, a su vez, está obligado a depositarla antes las comisiones de inteligencia del Congreso para que estas inicien una investigación.
Eso, precisamente, fue lo que hizo el inspector general en este caso. Parte del problema arrancó cuando Joe Maguire, actualmente el director nacional de inteligencia encargado, se rehusó a entregar el documento al Congreso alegando que una "autoridad con un rango superior al suyo se lo habían prohibido".
Según se cree, esa autoridad sería la misma Casa Blanca, algo que en sí mismo ha desatado todo un choque constitucional entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Si bien todavía no se conoce el documento ni la identidad del informante, desde la publicación del ‘Post’ se han ido llenado algunos de los vacíos que existen en esta historia.
Se sabe, por ejemplo, que toda la trama gira entorno de Hunter Biden, el hijo de este exvicepresidente estadounidense. Cuando Biden estaba en la Casa Blanca como segundo de Barack Obama, Hunter fue contratado por Burisma Holdings, una compañía energética en Ucrania, para que integrara su junta directiva.
Trump y su entorno, al parecer, creen que el exvicepresidente presionó al gobierno anterior en ese país para que frenara a un fiscal que estaba investigando casos de corrupción en Burisma Holdings y que era posible un conflicto de intereses por tener a Hunter como un empleado.
La Fiscalía de Ucrania ya determinó que la empresa no cometió ningún delito al contratar al hijo del exvicepresidente. Y aunque el Fiscal en cuestión fue destituido, contra él existían varios casos de corrupción pendientes que no tienen relación con los Biden.
De acuerdo con el reporte de varios medios de comunicación en EEUU, Trump aprovechó la llamada que le hizo a Zelensky en julio tras su victoria electoral en este país para pedirle en "repetidas ocasiones" que investigara el caso de Biden, que es su más probable rival en las elecciones presidenciales del 2020.
Nadie ha revelado aún, de qué se trata la "promesa" que habría hecho Trump. Pero lo que sí se conoce es que en el período que se dio la llamada, el Congreso de EEUU acababa de aprobar 250 millones de dólares en asistencia para Ucrania y que la Casa Blanca estaba frenando su desembolso.
Los fondos fueron finalmente autorizados a comienzos de este mes cuando Trump pidió que se levantara el veto. Es decir, la acusación que ronda es que Trump le pidió al líder de otro país que recopilara evidencia contra su rival político a cambio del desembolso de esa ayuda y probablemente recursos adicionales en el futuro.
Tanto Trump como otros funcionarios de su administración negaron inicialmente que se hubiese tratado el tema de Biden en esa conversación. Este domingo, no obstante, el mandatario admitió que si habló de Biden, pero descartó algo ilegal en ella.
Este lunes, y también durante el fin de semana, varias figuras demócratas dieron a entender que si es cierto lo que se especula el presidente habría atravesado una "línea roja" que podría conducir a un juicio de destitución. Eso dijeron tanto la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, como Adam Shiff, cabeza del comité de Inteligencia en la Cámara de Representantes.
Fuente: El Tiempo