Este lunes, Paul Kessler, un sexagenario de Los Ángeles, estuvo en el lugar equivocado, a la hora equivocada.
El Político
El hombre, de 69 años de edad, murió en un hospital de la ciudad, luego de recibir un golpe en su cabeza.
Kessler, quien era practicante del judaísmo, resultó agredido mientras participaba en la trifulca que se registró en el suburbio de Thousands Oaks.
Ese vecindario fue el epicentro de un choque entre manifestantes que respaldaban al Estado de Israel y activistas que defendían la causa palestina.
Durante las escaramuzas, el sujeto se involucró en lo que testigos describieron como un “altercado físico”.
En medio de la confrontación, Paul Kessler cayó hacia atrás y, posteriormente, golpeó su cabeza con el pavimento.
La experticia médico – forense determinó que el sexagenario pereció a causa de tal impacto.
Dado que el deceso ocurrió durante una lucha cuerpo a cuerpo, las autoridades calificaron el incidente como un homicidio.
Los investigadores que llevan el caso han considerado, incluso, la posibilidad de un crimen de odio.
Golpeado con un megáfono
Un día después del hecho, las autoridades aún no revelan nombres de posibles sospechosos.
Se cree, sin embargo, que la muerte de Kessler fue provocada por un manifestante pro palestino que le golpeó con un megáfono.
La versión fue presentada por Noah Farkas, rabino y presidente de la Federación Judía de la Región de Los Ángeles.
La afirmación de Farkas es, en todo caso, una hipótesis, pues ningún miembro de su Federación estuvo presente en el lugar del suceso.
De momento, la policía no ha hecho señalamientos. Desde ese cuerpo de seguridad han procurado evitar las acusaciones temerarias.