El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió que su rival demócrata en la disputa por la Casa Blanca, Joe Biden, se someta a una prueba antidopaje antes o después del primer debate entre ambos el martes.
El Político
“Pediré insistentemente una prueba antidopaje para Joe el Dormilón antes o después del debate del martes en la noche”, escribió el mandatario en Twitter. “Naturalmente aceptaré someterme a uno yo mismo”.
Según argumentó, “sus actuaciones han sido desiguales, por decirlo suavemente”, dando a entender que algunas oportunidades su rendimiento mejoró con la ayuda de sustancias no detalladas.
I will be strongly demanding a Drug Test of Sleepy Joe Biden prior to, or after, the Debate on Tuesday night. Naturally, I will agree to take one also. His Debate performances have been record setting UNEVEN, to put it mildly. Only drugs could have caused this discrepancy???
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) September 27, 2020
Hoy reportó que el mandatario ha insistido en las últimas semanas que el candidato demócrata no está en sus plenas capacidades mentales. Sin embargo, analistas han advertido que esta retórica ha dejado la vara baja para Biden, quien podría salir airoso simplemente dando una presentación en la que no cometa deslices.
Las normas de los debates acordadas por los partidos no incluyen ninguna prueba de este tipo y por ahora la campaña demócrata no ha dado señales de aceptar la propuesta.
Biden llega con una ligera ventaja en los sondeos, pero con una conocida propensión a los errores y una falta de agilidad de palabra (ha luchado contra la tartamudez desde niño) que lo hizo reconocer el sábado que el encuentro será difícil.
El primer cara a cara, de 90 minutos, será moderado por el periodista Chris Wallace de la cadena conservadora Fox News y es el primero de tres encuentros antes de las elecciones del 3 de noviembre.
En el centro del debate está la gestión de la crisis de la covid-19, que ha dejado más de 203.782 muertos en Estados Unidos, y que ha disparado el desempleo, golpeando con especial fuerza a las minorías como los afroestadounidenses y los latinos.
Trump, por su parte, llega al duelo alentado tras haber nominado a una magistrada conservadora para llenar la vacante que el fallecimiento de la jueza progresista Ruth Bader Ginsgurg dejó en la Corte Suprema.
Con esta elección espera movilizar el voto de la derecha religiosa que lo ayudó a llegar a la Casa Blanca hace cuatro años, para recuperar terreno en las encuestas, donde está rezagado.