Israel, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos sellaron en la Casa Blanca un histórico acuerdo para establecer relaciones diplomáticas, un giro que inauguró una nueva era en la relación de la nación judía con el mundo árabe, y un nuevo capítulo en la búsqueda de paz en Medio Oriente.
El Político
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó la campaña presidencial de lado por un día para recibir en Washington al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu; el ministro de Relaciones Exteriores de Emiratos Árabes Unidos, Abdalá bin Zayed al Nahyan, y el de Bahrein, Abdel Latif al Zayani, para una pomposa ceremonia para estampar la firma en los "Acuerdos de Abraham" -en honor al patriarca de las tres principales religiones monoteístas del mundo-, que normaliza las relaciones entre los estados, y abre una etapa de cooperación en educación, salud, comercio, y seguridad que incluirá el establecimiento de embajadas.
"Estamos aquí esta tarde para cambiar el curso de la historia. Después de décadas de división y conflicto, marcamos el amanecer de un nuevo Medio Oriente", dijo Trump, al hablar desde el balcón de la Casa Blanca en el jardín sur. "Es un día muy importante para el mundo. Es un día muy importante para la paz", celebró el mandatario según Infobae.
El acuerdo, forjado con la intervención del gobierno de Trump, en particular, de su yerno y asesor, Jared Kushner, marcó el primer avance en las relaciones diplomáticas en Medio Oriente desde que Israel estableció vínculos con Jordania, en 1994. Israel también abrió relaciones bilaterales con Egipto, en 1979. Trump anticipó antes de la ceremonia durante un encuentro con Netanyahu que pronto se sumarán otros "cinco o seis países" del mundo árabe, y prometió: "Va a haber paz en Medio Oriente".
"Este día es un pivote en la historia, presagia un nuevo amanecer de paz", afirmó luego Netanyahu, al brindar su discurso desde el balcón de la Casa Blanca, después de Trump.
Antes de la ceremonia, en el encuentro en el Salón Oval, Trump le regaló a Netanyahu una llave ceremonial dorada, que llamó "la llave de la Casa Blanca", y le dijo: "Es una llave para nuestro país y nuestros corazones". "Gracias, y ya lo he dicho, y es cierto, que usted tiene la llave al corazón del pueblo de Israel por todas las cosas maravillosas que ha hecho por el Estado judío y el pueblo judío", le agradeció Netanyahu.
Pero los flamantes acuerdos también causaron furia y frustración en los palestinos, que quedaron afuera de las discusiones de paz. Tras un acercamiento durante el gobierno de Barack Obama, que mantuvo un vínculo tenso con Netanyahu, la llegada de Trump a la presidencia marcó un giro en la relación de Washington con los palestinos.
Trump forjó una estrecha alianza con Netanyahu, trasladó la embajada de Estados Unidos a Jerusalén -un proyecto aprobado por el Congreso en 1995, que fue postergado para evitar entorpecer las negociaciones de paz-, y avaló los asentamientos de Israel en territorios palestinos, que fueron declarados ilegales por las Naciones Unidas antes de que Trump asumiera la presidencia.
Dos cohetes fueron lanzados desde la franja de Gaza hacia Israel durante la ceremonia de firma de los acuerdos en la Casa Blanca, informó el ejército israelí. Uno de los proyectiles fue interceptado por el sistema de defensa israelí, indicó el ejército. El segundo cayó en la ciudad de Ashdod, situada entre Gaza y la ciudad israelí de Tel Aviv, y dejó dos heridos leves.
Tanto Hamás como la Autoridad Palestina que lidera el presidente, Mahmud Abas, con sede en Ramala, Cisjordania, han criticado estos acuerdos suscritos entre Israel y países árabes, que deja en una posición más débil a los palestinos.