La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi realizó una propuesta de un paquete de estímulo económico por por $2.2 billones de dólares para enfrentar la crisis por coronavirus.
El Político
A pesar de sus intenciones, la demócrata aseguró que no aceptará el plan económico “delgado” que defiende el Gobierno del presidente Donald Trump de $1.3 billones de dólares.
Según La Opinión la postura de Pelosi, sin embargo, podría cambiar debido a un creciente número de sus colegas demócratas que aceptan el plan alternativo al que ella defiende.
“Los líderes de la Coalición de Nuevos Demócratas se apresuraron, advirtiendo que los legisladores en los distritos de campo de batalla podrían verse particularmente perjudicados por la inacción del Congreso”, indica el informe. “Y los líderes de los solucionadores de problemas, un grupo bipartidista, están listos el martes por la mañana para presentar un nuevo paquete de ayuda que supera los $1.5 billones de dólares”.
“La extensión del calendario probablemente dará lugar a quejas de algunos legisladores, que están ansiosos por regresar rápidamente a sus distritos antes de las elecciones del 3 de noviembre”, se apunta.
Grupo bipartidista presentará un plan
Un grupo de representantes republicanos y demócratas presentará en la Cámara Baja un plan de estímulo económico de al menos $1.5 billones (1.5 trillion en inglés), en un último intento por destrabar el tranque que hay entre sus líderes.
Según Univisión, será el grupo bipartidista conocido como Problem Solvers Caucus (o el grupo que resuelve problemas) el que presente su propuesta de un paquete de ayudas federales que contempla más dinero para los pequeños negocios, beneficios por desempleo y el envío de un segundo cheque a los hogares.
Los integrantes del grupo reconocen que su iniciativa tiene pocas chances de prosperar tal cual como está, especialmente en un Senado donde ha habido una fuerte renuencia de los republicanos a aprobar un ingente plan de ayudas que engrose el déficit presupuestario.
Sin embargo, los representantes consideran que con su movida pueden enviar una señal a los líderes de los partidos para que actúen antes de que se siga acercando la elección presidencial del 3 de noviembre.
El último intento hecho en el Senado, el plan republicano por unos $300,000 millones, fracasó la semana pasada y ni siquiera avanzó a debate y votación final en esa cámara.
Los demócratas lo bloquearon al considerarlo insuficiente y sumamente lejano al plan por al menos $2 billones que han dicho podrían apoyar en el Senado.