Las acciones de EEUU cayeron el martes, revirtiendo las ganancias de más temprano en el día, ya que los inversores esperaban datos clave de inflación.
El Político
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El S&P 500 cayó un 0,65% para cerrar en 3.588,84 tras recuperarse de un mínimo de varios años a principios de la sesión. El Nasdaq Composite cayó un 1,10% a 10.426,19, su cierre más bajo desde julio de 2020. Las pérdidas del martes marcaron el quinto día consecutivo de caídas para ambos índices. El Promedio Industrial Dow Jones subió 36,31 puntos, o un 0,12%, para cerrar en 29.239,19, impulsado por saltos en Amgen y Walgreens Boots Alliance.
Los precios de los bonos también cayeron y el rendimiento del Tesoro estadounidense a 10 años se acercó al nivel clave del 4% durante la noche. Los rendimientos se mantuvieron altos el martes con el rendimiento a 10 años subiendo unos 5,8 puntos básicos hasta el 3,943% al cierre del mercado. Los rendimientos de los bonos se mueven inversamente a los precios, y un punto base es una centésima parte del uno por ciento.
La apuesta es la siguiente: si sube el costo del crédito, hay menos demanda por comprar productos y los precios comienzan a bajar.
Baja la inflación, pero el problema es que también baja el crecimiento, y por eso se dice que es una desaceleración autoinfligida.
El gran riesgo es que, si el crecimiento baja demasiado, puede transformarse en una recesión, argumentan los expertos.
Un "peligro real" de recesión
El debate actual en Estados Unidos gira en torno al dilema de hasta dónde subir las tasas de interés sin ir demasiado lejos.
A final de cuentas, si el precio a pagar por una inflación controlada es la recesión económica, el panorama para este año y el próximo no luce muy prometedor en EE.UU. y el resto de los países que también están subiendo el costo del crédito a una velocidad que no había ocurrido en décadas.
Una encrucijada global
El historiador económico Adam Tooze, director del Instituto Europeo de la Universidad de Columbia, explica que en cuanto la Fed aplica medidas y el dólar se fortalece, otros países también aumentan sus tasas de interés o enfrentan una devaluación aguda, que aviva aún más la inflación.
La diferencia de lo que está ocurriendo ahora con experiencias anteriores, dice, es que ese patrón nunca había sido replicado por tantos países al mismo tiempo.
No controlar la inflación sería "más doloroso"
"Nadie sabe si este proceso conducirá a una recesión o, de ser así, cuán significativa sería esa recesión", dijo el presidente de la Fed, Jerome Powell, tras anunciar el tercer aumento consecutivo de las tasas de interés (dejándola en un rango de 3%-3,25%) el 21 de septiembre.
"Es probable que las posibilidades de un aterrizaje suave disminuyan en la medida en que la política deba ser más restrictiva o restrictiva por más tiempo. No obstante, estamos comprometidos a que la inflación vuelva a bajar al 2%", expuso.
Los efectos de un dólar fuerte
Monedas fuertes como el euro o la libra esterlina se han depreciado frente al dólar, como también le está pasando a los países con menores ingresos, incluidos varios latinoamericanos, como Argentina, Colombia o Chile.
La fortaleza del dólar es una preocupación fuera de Estados Unidos.
Y es que cuando un banco central aumenta las tasas de interés, uno de los efectos que aprovecha para reducir la inflación es que se aprecia la moneda.
Fuente: BBC