La tercera mayor entidad financiera de Estados Unidos, Wells Fargo, notificó esta semana que cerró todas las líneas de crédito personales, lo cual genera una polémica en el sector financiero, ya que la decisión impacta en sus clientes con problemas de endeudamiento con otros instrumentos financieros más onerosos, entre ellos las tarjetas de crédito.
El Político
El anuncio comenzó a generar algunas interpretaciones en el ámbito financiero estadounidense. Medios digitales, entre ellos la cadena de noticias CNN, CNBC y CapitalMadrid, recogen impresiones según las cuales la medida constituye una respuesta a las exigencias de la Reserva Federal con vistas a la solvencia del balance de la entidad.
En verdad los préstamos personales de la entidad bancaria equivalen a créditos al consumo. Los mismos se lanzaron como una forma de consolidar la deuda de tarjetas de crédito con intereses más altos. Así como para costear renovaciones de viviendas o evitar cargos por sobregiro en cuentas corrientes asociadas con el mismo banco.
Dichos créditos además permitían a los clientes de Wells Fargo tener acceso a préstamos por un importe comprendido entre los US$ 3 mil y 100 mil. En vista de que el tipo de interés resultaba inferior al de las tarjetas de crédito, muchos particulares acudían a estos préstamos para resolver problemas de endeudamiento.
#EEUU: Wells Fargo no se fía de la recuperación y suspende la concesión de créditos personales https://t.co/VfGT97a9F0
— CapitalMadrid (@CapitalMadrid) July 9, 2021
Wells Fargo y la gestión prudente del riesgo
De otro lado, la entidad bancaria anunció que en adelante concentrará la demanda de fondos de sus clientes precisamente en las tarjetas de crédito. En Estados Unidos, el coste del dinero a través de este instrumento se encuentra situado algo por encima del 20%. Tan solo estudiantes y corporaciones pueden acceder a un coste por un par de puntos inferior.
Algunos observadores financieros interpretan que la Reserva Federal podría haber sugerido este movimiento. Algo similar ocurrió durante el verano de 2020, cuando forzó el cierre del crédito hipotecario. Esta decisión le despojó a la entidad de la primera posición en el ranking de préstamos para compra de inmuebles en la nación norteamericana.
Sobre el enroque financiero, el diario digital ZeroHedge comentó que le resulta curioso. Sobre todo en un momento cuando los rendimientos de los bonos del Tesoro observan una caída, lo que indica inquietud por la trayectoria de la recuperación global posterior al Covid-19. A su vez, en medio del nerviosismo por una posible subida de tipos de la Fed antes de fines del próximo año. En este escenario, el banco simplemente se involucra en una gestión prudente del riesgo mientras usa el saldo de la Fed.
Se estima que los clientes no sólo van a perder una fuente de financiación. Sino que además pueden ver afectados sus barómetros de solvencia, tal como lo admite el propio banco. Una eventualidad que ha provocado el enfado de los clientes, ya que no han sido ellos los que van a cerrar las cuentas de préstamo. En enero de este año Wells Fargo suspendió también el negocio offshore de sus servicios financieros. Dicho movimiento sorprendió a sus clientes, puesto que el banco estadounidense decidió quitar el negocio offshore de sus servicios financieros y encargarse de sus clientes residentes.
Con sede en San Francisco, California, Wells Fargo nació como resultado de la adquisición en 1998 de California Wells Fargo & Co., por parte de la corporación Norwest Corporation.
Fuentes: CNN / CNBC / CapitalMadrid